Tema: El Portador
Datox5
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Vidente de Sombras
Vidente de Sombras
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1.feb 2007 - 00:57

El Portador Parte I

El 4ª escuadrón de la 15ª compañía de choque de Cadia esperaba las órdenes de Terra en las frías tierras de Cigueron V cercano al Ojo del Terror. Unos mil hombres esperaban las órdenes del comisario Tiberius Craft, mientras se covijaban del invierno eterno de aquel planeta en sus tiendas.

Nada había que hacer allí mas que jugar a las cartas, y practicar el tiro con los animales de la zona. Los ogretes salían al amanecer de caza y volvían con grandes bestias que preparaban para la cena posteriormente. Los ratlings se agrupaban para discutir cual era el que tenía más valor para el general de cada una de sus escuadras, y acababan golpeándose con pequeñas llaves inglesas que los Adeptos del culto Mechanicus que les acompañaban utilizaban para reparar sus servoarmaduras, pues sus servobrazos estaban congelados.

Los generales esperaban en la tienda principal junto a su comisario las órdenes de la capital del Imperio, estaban allí para acabar con un clan orco que estaba arruinando las colonias de los sistemas próximos, el cual se alojaba en aquel planeta, mas no sabían como es que los agentes del Caos no habían eliminado ya a estos orcos, mas descubrirlo no era su tarea. Si fuera necesario, algun inquisidor se tomaría la molestia de investigarlo, mas por ahora no se molestarían si quiera en acercarse al planeta.

El comisario Craft estaba impaciente, llevaban ya dos semanas esperando las órdenes y sabía que las conexiones funcionaban bien pues los Tecnoadeptos del culto Mechanicus se encargaban de ello. Craft se levantó bruscamente de su asiento, y alertó a los generales que estaban a su alrededor.

-Voy a tomar el aire, esto me esta poniendo de los nervios.- Alegó el comisario mientras abría las cortinas que hacían de entrada a la puerta.

Fuera había unos -43 Cº y todos los soldados llevaban trajes térmicos para soportar tan bajas temperaturas. El comisario Craft se alejó un poco de la tienda, y se dirigió hacia un río helado cercano al campamento.
Una vez llegó allí encendió un cigarro y se dispuso a relajarse.

Recordaba antiguas batallas, como había combatido a los Necrontyr en Cenith Áceron, las escaramuzas contra las flotas enjambres Behemoth y Titán, y como él y su destacamento ayudarón a los Ultramarines en la defensa de Macrague. También pensaba en aquella vez que había participado en una misión junto al Inquisidor Starl del Ordo Xenos, en una escaramuza para matar a un Vidente Eldar y su séquito de Brujos.
Si, aquellos habían sido buenos tiempos, y su posición y las cicatrices de su cara lo demostraban. Seguía vivo, y eso había sido gracias tanto a su astucia como a su destreza. No era fácil llegar a ser comisario de la Guardia Imperial, y mucho menos en aquellos tiempos, mas el había sido capaz de llegar a aquel puesto, y se sentía muy orgulloso de ello.

El viento soplaba, y el cigarro ya estaba consumiéndose, tiró la colilla y sacó un nuevo cigarro del bolsillo de su chaqueta. Se lo colocó en la boca, y tras sacar su pequeña pistola lanzallamas se dispuso a encenderlo.

Entonces escuchó pasos, venían de más allá del río, y parecían de numerosos individuos.

-¡Dad la alarma!- Gritó Craft, mientras uno de los guardias que estaba un tanto adormilado, se incorporaba y empezaba a correr.

En unos instantes, treinta de sus hombres estaban allí con sus rifles de fusión, lanzallamas y demás armamento, esperando órdenes de su comisario. A este último, se le unieron dos de sus generales, el General Ulen y el General Casius, mientras los otros cuatro iban a organizar ejército.

Si, aquella era la astucia de Craft, y es que instantes antes de que un pelotón de al menos doscientos orcos se abalanzaran sobre el campamento por sorpresa, él los estaba esperando.

Los orcos aparecieron tras una colina a unos doscientos metros del helado río, y una vez empezaron el descenso, el comisario dió la orden de abrir fuego.

Los rifles de los soldados, dispararón sin compasión a los ahora asombrados orcos, que seguían corriendo con sus hachas en una mano y especies de pistolas en la otra. Ahora por lo menos cuatrocientos de los mil hombres que habían estado inactivos tanto tiempo, estaban esperando la carga de los orcos.

Un Leman Russ que los Tecnoadeptos se habían encargado de mantener se unió a la batalla, y en cuestión de unos minutos, solo se podían ver montones de cadáveres orcos sobre la colina y el río helado.


El Portador Parte II

El Clan Rompehuesos no estaba pasando por su mejor momento, en el planeta escaseaban los recursos y los más débiles de sus miembros estaban sufriendo extrañas enfermedades, posiblemente causadas por la disformidad.

Esa era la causa por la que últimamente acechaban tanto los planetas de El Emperador. Él Caudillo Murathin estaba desesperado, pues sus hombres caían, y eso no era bueno para el "Waaaaaagh" que tenía entre manos.

Se pasaba las tardes entre los gretchins, observando como mantenían sus preciadas máquinas de asedio. Entre orugas y algún que otro Dreadnaught, su miraba paseaba, recordando los tiempos en los que era un simple Noble.

Ahora era más grande, más fuerte, y estaba más tecnificado, pues una gran armadura de acero le cubría el cuerpo y gran parte de su cara, tenía un hojo biónico, y un servobrazo agrandado por sus ingenieros, robado a un exterminador en Venit VII. Si, las cosas habían cambiado desde que empezó su lucha por el "Waaaaaaagh".

El Clan de los Rompehuesos, lo formaban en su gran parte orcos estúpidos, que solo entendían que tenían que luchar, no podían sentir la fuerza del "Waaaaaaagh" en sus venas, y por eso nunca llegarían a nada.
Otra parte del clan la formaban los Noblez de Cigueron V, temidos entre muchos de los clanes orcos de los planetas situados en las fronteras del Imperio, eran temidos por su sanguinaria forma de combatir y por su habilidad en el uso de armas pesadas, pues un reducto de estos Noblez esta formado por Akrivilladorez, de los mejores de todo el universo.
Además, en menos medida, una familia de Gretchins encargados de la maquinaria, trabajaban para Murathin, a cambio de no ser devorados por las bestias del planeta. Aunque parezca extraño, hasta ahora ninguno de estos Gretchins ha sido maltratado por bestia u orco alguno.

El Caudillo se alejó un poco del campamento orco, y el chamán del clan, Thurjzul, le siguió.

-¿Qué te apena Murathin?, ¿quizá tienez miedo de perder tu puezto?- Dijo con una voz pícara el chamán.

Murathin rió fuertemente antes de contestar a tal insolencia. -Antez de azuztarme por eza tontería mataría todoz los chicoz.- Rió Murathin, mientras de su cara metálica empezaba a brotar una especie de mezquina sonrisa. -Quizá quieraz apoderarte de mi poder, Thurjzul, maz me enzeñaste bien, la fuerzzza del Waaaagh corre por toda mi zangre, y ni tú, eztupido Zamán puedez eliminarme.-

-Son ziertaz tuz palabraz, maz tu sabez que zolo no puedez liderar a eztoz eztúpidoz, zin mí, nunca podraz, a zi que por muzo que te molezten miz palabraz, tienez que aguantarte eztúpido.- Agregó el chamán antes de regresar al campamento.

Murathin ya estaba cansado de sus palabras, sí, en un tiempo pasado había sido su maestro, mas ahora no sabía otra cosa más que incordiar. Murathin estaba solo, y llevar un clan entero solo, no era sencillo.

Se alejó un poco más, adentrándose en las llanuras de Pelpethua, donde las grandes bestias del planeta pastaban en busca de algun sustento, en aquel planeta helado.

La tierra estaba totalmente cubierta por una capa de hielo, mas el caudillo no resvalaba gracias a sus botas metálicas. No había árboles ni matorrales en la zona, solo nieve e hielo.

Siguió alejándose, hasta llegar al otro lado de las kilométricas llanuras.
Subió unas colinas, y se sentó al lado de un árbol que había en la cima.

Estaba aburrido, llevaba ya tres meses sin entablar batalla, y sus chicos se estaban cansando, estaban empezando a tener disputas absurdas, y muchos de ellos acababan bajo cuidados del chamán, si no acababan muertos.

Sí, era lo que más le molestaba a Murathin, que Thurjzul fuera más útil para su clan en aquellos tiempos de miseria. Y lo que más le entristecía al caudillo, era que trás tanto tiempo sin luchar, sentía que el "Waaaaaaagh!" se hacía más débil en su interior.

Entonces miró al orizonte, y pudo divisar a un Leman Russ, en plena marcha. Eran tropas imperiales, posiblemente exploradores, por lo que solo podía significar dos cosas, que estaban explorando la zona para hacer un asentamiento, o que ya estaban asentados y estaban de patrulla.

Murathin sonrió levemente, y murmuró unas palabras para sí mismo. -Por fin algo de marcha, ze van a enterad de lo que ez el Clan Rompehuezoz.-

Entones, activó su sistema de ocultación, el cual le haría invisble a los ojos de los imperiales. Ese dispositivo, había sido heredado por parte del anterior caudillo, el cual lo había heredado del anterior, y así sucesivamente. Lo único que sabía era que había sido encontrado entre los restos de un asesino del Templo Callidus.

Trás activar el dispositivo, se dirigió a la posición de la que provenía el tanque de los imperiales. Para su gozo, observó que al pasar al lado del Leman Russ, los imperiales no advirtieron su presencia. Siguió el camino, y sobre unos cientos de metros más allá, después de cruzar una colina, pudo divisar el campamento imperial, mas su capacidad para contar el número de tiendas, era nula, y pensó en un bajo número de imperiales.

-Eztoz imperialez zon imbécilez, mira que penzar que con zolo ezto pordrán con nozotroz, iluzoz.- Murmuró el caudillo, mientras se disponía a regresar al campamento.

Trás llegar al campamento, informó de lo que había visto a los Noblez, pues aunque él era el líder, los Noblez eran el consejo. Entre ellos decidieron, que con mandar unos cuantos de sus hombres bastaría, y que no merecía la pena malgastar sus esfuerzos.

Y así fue, unas horas más tarde, un pelotón de unos cuatrocientos orcos, se dirigió hacia el campamento.

Murathin no supó nada más de ellos...


El Portador Parte III

Tras la batalla todo estaba tranquilo, los imperiales estaban contentos por haber roto la monotonía, y los orcos estaban contentos, pues aunque habían perdido a muchos de los suyos, ahora tenían rivales a los que enfrentarse.


Craft seguía esperando las órdenes de Terra, y se estaba impacientado, mientras sus generales organizaban a las tropas por si hubiera algún asalto.

Entonces de la radio brotó una voz:

-Comisario Craft, Comisario Craft, Comisario Tiberius Craft, ¿está ahí?-

Craft, tomó rapidamente el transistor. -Sí, estoy aquí, le escucho.-

-Al habla, el Comisario Jefe de 13ª compañía de la Guardia Imperial de Terra. Buen día.-

-Bueno día Comisario Stren, esperamos sus órdenes, recientemente hemos sufrido un ataque orco. No hemos sufrido ninguna baja, mas esperamo la orden para el contraataque señor.-

-Bien hecho Comisario Craft, las órdenes son las siguientes:

Ejecute a todo espécimen orco del Clan de los Rompehuesos
Traiga muestras de la tecnología orca para nuestra investigación
Asegúrese de que no hay rastro del Caos en la zona, en caso de haberlo
debera comunicárnoslo de inmediato

Eso es todo, esperamos su regresó victorioso Craft.

-Sí señor, y así será corto.

Ahora ya tenía órdenes que cumplir, solo era cuestión de tiempo que esos salvajes orcos cayeran bajo sus tropas.

Salió fuera de la tienda, tomó su megáfono y gritó. -¡Chicos, tenemos órdenes que cumplir! ¡Manos a la obra!-

Tras decir esto todos empezaron a gritar por la euforia, por fin destruirían la amenaza orca, aunque muchos de ellos cayeran en el intento.

En el poblado del Clan Rompehuesos, la cosa no estaba más tranquila, todos estaban revolucionados por las ganas de entablar combate con los imperiales.

En la tienda de los Nobles la cosa no cambiaba, Murathin y los Nobles discutían sobre el mejor plan para acabar con los imperiales, mas al final siempre acababan pensado que atacar frontalmente era la mejor solución.
Pero ellos eran muchos, y los imperiales menos, pero con mas armamento, lo cual hacía que a Murathin le hirviera la sangre.

Mientras tanto Thurjzul el Chamán, estaba en su tienda rezando a Morco y Gorco para que les concedieran su favor en la batalla.

De repente escuchó una voz. -Thurjzul, ya es hora de que honren tu liderazgo, y que te nombren a ti caudillo del clan. Mírate, aquí entre frascos malolientes adorando a dioses que no harán nada por ti.-

-¿Quien ezta ahí? ¡Rezponde!- Girtó Thurjzul enojado.

-No no Thurjzul, solo soy un enviado para ayudarte, recuerda que Murathin no sería nadie sin tí. Arrebátale el poder, recupera lo que es tuyo. Y la mejor manera de hacerlo es venciendo a los imperiales...-

-Eztaz loco, Murathin no lo permitiría, ademaz yo zolo no puedo contra ezoz humanoz.-

-Tu solo no, quizá. Pero si le pides ayuda a mis señores, quizá te concedan algún, privilegio.-

-¿De quiénez hablaz? ¿Quiénez puden ofrezerme ezoz privilegioz de loz que hablaz?, si me ayudaz a venzer a Murathin y a ezoz imperialez, te daré lo que dezez.-

-Bueno. Toma, ve a donde los imperiales, y una vez estés ante ellos, agita este sonajero.- De repente un sonajero apareció sobre la mesa de Thurjzul.

Thurjzul tomó el sonajero y lo colocó en su vara.

-¿Y ezto me ayudará contra ezoz humanoz?-

-Tiempo al tiempo Thurjzul, ya lo verás.- Dijo la voz mientras se alejaba como llevada por el viento.

Thurjzul, tomó su vara y se alejó del campamento, iría a hacer una visita a los imperiales.

El Portador IV

Los imperiales esperaban ansiosos un nuevo ataque orco. Querían demostrar su valía, sobretodo Tiberius, pero había algo en su cara que no demostraba precisamente ansia de guerra. Todo aquello le olía mal.

¿Orcos cerca de El Ojo del Terror... y seguían vivos?, era bastante improbable. Algo tenía el caos en mente, de eso estaba seguro. La cuestión es que no sabía que, y no podía protegerse de ello.

La noche estaba apunto de llegar en aquel planeta que tenia dieciocho horas de día. La
noche no era bien recibida por los soldados, solo tenían dos horas de sueño y después tenían que volver de nuevo al trabajo. Además las noches en Cigueron V eran totalmente opacas, no había una luz lunar que les alumbrara. Y todo se debía a que tras la rotación de aquel inmenso planeta, la luz no podía llegar al otro lado del planeta desde ningún otro astro. Pero lo que menos les gustaba a los soldados de Craft es que en esas oscuras noches, se oían sonidos extraños. Sonidos de bestias posiblemente aterradores, mutadas por la disformidad. No habían tenido ningún incidente en todo el tiempo que llevaban allí, pero si que habían desaparecido pequeños cargamentos de víveres.

Esto no preocupaba a Craft, vivía inmerso en un mundo de autistas, en el que imaginaba perfectamente todo lo que debía hacer en caso de ataque orco.

Mientras tanto, Thurjzul se abría paso entre los matorrales que llevaban a la vasta llanura. Se hacía de noche y encendió una lámpara que tenía en el traje. Lo que había en el sonajero le intrigaba, pero la voz le había dicho que tenía que esperar a encontrarse con los imperiales. Estaba nervioso, ¿y si la voz le había engañado? ¿y si el sonajero fuese una simple baratija y muriese a manos de los imperiales? No podía arriesgarse, pero tampoco tenía elección. El chamán sentía como un aura oscura le seguía de cerca. Pensaba en la voz que había oído, pero no podía desenmascararlo.

Siguió camino, por las llanuras, y aprovechando la oscuridad se fue acercando al campamento. Veía algunas luces a lo lejos, posiblemente hubiera soldados de guardia.

Pero el resto dormían, y aunque no sabía exactamente lo que sucedería si usaba aquel extraño objeto, tenía que arriesgarse. No había ido allí para nada.

Siguió caminando, y cuando estaba a unos doscientos metros del campamento, apagó la luz del traje. Se paró un momento, y se quedo mirando el sonajero con la poca luz que le llegaba, de el brotaba ahora una luz púrpura, casi negra. El resplandor era débil, pero el piel verde era capaz de distinguirlo en la oscuridad.

-¿Magia negra?- Murmuró el chamán entre dientes. –Ez igual, tengo que venzer a ezoz idiotaz como zea.- Y agarrando la vara, siguió adelante.

Los acontecimientos siguientes a la llegada del chamán, no han podido ser registrados en ninguno de los libros del Codicium Imperialis, Lo único que se conoce, es lo que algunos de los supervivientes han podido recordar después de la tragedia.


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Skulldragon
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Solitario
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Enviado:
1.feb 2007 - 01:40

este ya lo he leido pero me faltaba la tercera parte
Smilie




Datox5
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Vidente de Sombras
Vidente de Sombras
Mensajes: 879

Enviado:
1.feb 2007 - 02:12

Y la IV...XD

La V estará en breve.

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DarthAverno

Arlequín
Arlequín
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Enviado:
6.jul 2007 - 20:30

Me gusta la historia. Te voy a repasar varios puntos y conceptos, en modo de crítica ligera (siempre constructiva).

- Hay ciertas palabras con letras "bailadas", y algunas (pocas) faltas ortográficas. Supongo que es importante subsanarlas.

- Los párrafos a veces guardan distancia y a veces no. (creo que ocurre únicamente un par de veces).

- A nivel personal, me gustan las historias que intentan hacerte partícipe de varias facciones enfrentadas.

- Por otro lado, echo de menos mayor descripción y detalle, aunque la historia es consistente y rápida precisamente por eso.

Espero que tomes a bien mis críticas (ya te digo que constructivas, y desde la humildad), y espero que finalices el relato... (que llevas más tiempo que yo!)
Smilie

Un saludo.

Témeme. Soy tu Apocalipsis.
Mantrax
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Arlequín
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Enviado:
6.jul 2007 - 22:10

tengo una duda,¿los orkos no eran inmunes a la disformifad?? gracias por adelantado
Mph2
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Gran Arlequín
Gran Arlequín
Mensajes: 1545

Enviado:
6.jul 2007 - 22:23

Inmunes?? Ni en broma!!! Mantienen más relacion con la disformidad que los eldars!!!



Tux v.2.2

Siempre hay un lanzallamas a mano si uno lo necesita.
Datox5
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Vidente de Sombras
Vidente de Sombras
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Enviado:
7.jul 2007 - 10:58

Jejeje, estaban hechos para vencer a los Necrontyr xD, no te digo más xD.

Ya se lo de mis relatos xD, solo es que los hago deprisa y corriendo al contrario que tu Averno xD.

Igualmente... le perdi el gusto al relato... igual algun dia lejano... lo acabo xD

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Mantrax
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Arlequín
Arlequín
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Enviado:
7.jul 2007 - 12:41

Pues yo pensaba que eran inmunes.. Bueno da igual tu relato esta muy bien, ¡que pasara cuando suene el "sonajero"! segunda parte, yaaaa!!