Tema: Relato ganador del concurso La Pluma Aurea
AGRAMAR
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Vidente de Sombras
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22.jul 2006 - 10:57

La Herejía de Alisandra



+++Transmisión Nº 43988999+++
++Astrópata de origen// Isador Glaúner// Anerda II (Mundo Imperial)
++Astrópata de destino//Diane Sebila// Zabelon IV(Mundo Inquisitorial)
+++Tema+++ Las Hijas de La Insidia+++
++Autor++Inquisidora Dehelene
++Destinatario++Gran Inquisidor Merovingius, del Ordo Hereticus
Ref. Cruzadas: Herejes, Cultos del Caos



Pensamiento del día:
Alabada la mente demasiado estrecha para que quepa la herejia.



Mi señor, mi astrópata asignado ha recibido un comunicado sin punto de origen pero con un autor que dice ser la Archi-Hereje Alisandra, la Madre Superiora de las Hijas de la Insidia. Comunicado que os transcribo aqui poco antes de purificar el alma de este astrópata que ha sido incapaz de resistir la llamada del Caos, fielmente suya Inquisidora Galahna Dehelene



+++Transmisión Nº 439223455+++
++Astrópata de origen// Desconocido// Desconocido
++Astrópata de destino//Adther Lireoth// Anerda II (Mundo Imperial)
+++Tema+++ Conocedme y temedme+++
++Autor++Alisandra Careal, Emperatriz Oscura del Universo
++Destinatario++ Inquisidora Galahna Dehelene
Ref. Cruzadas:
-



Pensamiento del día:
El Emperador no sabia nada, yo ahora lo se todo.



Se que estais empezando a investigar, pequeños ignorantes, el porqué he cometido tamaña "herejia" colocándome bajo el yugo de los Poderes Oscuros.
Escuchad primero la historia de mi vida, mi corta y amarga vida bajo el verdadero yugo, el yugo imperial, bajo el culto al Falso Emperador.
Yo nací, querida Dehelene, en un mundo relativamente cercano al tuyo, pero de él no ya queda nada, fue victima de un ataque de Necrones y mi padre, devoto miembro del culto imperial y miembro de vuestras Tropas de Asalto tan solo pudo esconderme en un búnker de una de las fortalezas antes de caer bajo las crueles garras de una avanzadilla de Desolladores.
Y así fue como pese a su fé en vuestro falso dios, pese a todos sus ruegos y pese a las lagrimas que vertía una niña pequeña mientras rezaba al Emperador Cadáver por la vida de su padre, un hombre bueno y justo cayó en solitario.

Pero aún así mi temprana fé no flaqueó y le di las gracias al Emperador por los marines que vinieron a investigar la Invasión, aunque luego supe que debieron haber luchado por mi mundo y no aparecieron hasta pasada la batalla, malditos cobardes, escupo sobre sus estandartes y sus creencias.
Fueron ellos los que me rebautizaron como Alisandra, supongo que sabrás que significa "La Valerosa" o la "Sin Miedo" en la lengua de mi pueblo y de hecho es cierto, antes no temía al Caos, ahora no os temo a vosotros.


Fui enviada por ellos a un pequeño mundo que sin duda conoces Dehelene, Apartums XI, ¿Te suena? Fue en él donde completaste tu formación como Inquisidora ¿Te sorprende que sepa tanto de ti? Es normal, pero deberías saber que no sois los únicos que recabáis información sobre vuestros enemigos y menos enemigos que han estado tan cerca.
En Apartums XI crecí dando gracias al Emperador por cada amanecer, honrándole y rezándole todos los días de mi corta infancia, infancia que vi reducida a una esclavitud religiosa adorando a un cadáver putrefacto.



Y entonces vi recompesanda mi fé convirtiéndome en una Hermana de Batalla, una guerrera del Emperador, una portadora de su justa ira y su santidad, ¡Mentiras! ¡Carne de cañón para saciar la sed de poder de los miembros de la Eclesiarquia! El puño de hierro de un organismo represivo y colmado de mentiras y maldad, un organismo del que tú formas parte.



Durante muchos años yo fui feliz masacrando a los que habian visto la Verdad, destruía sus hogares y sus pequeñas capillas, mataba y mutilaba y senita en mi la Ira del Emperador, Fue durante esta época cuando me gane mi sobrenombre Caon-rial "Insidiosa Amenaza para el Caos" en la lengua de mi difunto pueblo.
Podría haber sido feliz de no ser por la traición a la que me vi sometida por parte de vuestro Falso Dios.
La persona que yo mas respetaba, mi maestra, mi guía, la Canonesa Xantia, murió junto con el resto de mis Hermanas a manos de los mutantes de Obscuria V.
Tenia la misión de proteger a mi maestra y fallé. Yo debería de haber muerto en su lugar, pero fue ella quien cayó protegiéndome cuando recibí un disparo y perdí la conciencia.
Rezaba todos los días al Emperador para que me dejase morir en penitencia por mi error, pero Vuestro Dios me mantenía con vida, burlándose de mi dolor, y la compasión que mostraban mis hermanas hacia mi me hacia sentir mas indigna todavía, un castigo justo por haber fallado a la Orden y a mi maestra era lo que merecía y solo recibía palabras de condolencia que me hacían sentir como una inútil a la que nadie juzga porque no es capaz de hacerlo mejor.
Me sentía burlada, vuestro Falso Dios me dejó ascender rápidamente y me dio la espalda aún cuando nunca había sido orgullosa.
Así que, viendo que vuestro Cadáver Divino me había abandonado a mi vergüenza y me negaba la muerte que yo ansiaba, ingresé por iniciativa propia en los batallones de castigo, en las Repentia.
Pero ni allí encontré el castigo que ansiaba por la falta cometida. Veía a mis compañeras caer una detrás de otra con una sonrisa en los labios por haber cumplido con su penitencia y haber alcanzado el perdón divino.



Y fue entonces cuando algo despertó en mi, si vuestro Emperador Cadáver no quería mi vida y se burlaba de mi fé, ¿Por qué debía escucharle? Mi mente vagó sin rumbo ni creencias durante mucho tiempo pero ellos me encontraron y me abrazaron.
Aquellos poderes ruinosos como vosotros los llamáis, los verdaderos Dioses de la Galaxia me acogieron en su seno.



Descubrí en ellos todo lo que no había obtenido de vuestro Falso Dios, poder, fuerza, gloria, un castigo si les fallaba, no negaban lo sentimientos de sus creyentes.
A diferencia del Emperador y sus falsas creencias, el Caos no niega la mentira disfrazándola de Verdad, sino que la aprecia y la utiliza, no justifica la violencia como "Justa Ira Divina", acepta la enfermedad como lo que és, una bendición que nos libra de los débiles, no un castigo por una falta y el placer no es fuente de pecado sino un medio de alcanzar la perfección.



Y gracias a ellos sobreviví a vuestro sistema de castigo, y gracias a ellos encontré a mis verdaderas hermanas.
Después de un tiempo en los batallones de las Repentia, mis nuevos señores consiguieron que sus nuevas sirvientes, mis hermanas me dieran la redención sin sangre.
Fui ascendida a Canonesa, salvé a muchos de los que vosotros llamáis "herejes" y vuestra patética organización ni tan siquiera sospechó de mi o de mis hermanas.
Tan cegados estais, queridos vigilantes, que no veis que la verdadera herejia es la que vosotros cometéis cada día con vuestros actos.

Fue durante esas campañas cuando forjé mil pactos y alianzas con los señores del caos y cabecillas de multitud de cultos de los Verdaderos Dioses infiltrados en mundos imperiales, en organizaciones imperiales, en la propia Inquisición, pero no te molestes en buscarlos, de hecho aunque tu amo, el Inquisidor Merovingius, los encuentre, su labor ya esta hecha y su cometido cumplido.



En fin pequeña niña, no me desviare mas de mi relato, pues se lo ansiosos que están tus amos de escuchar el final de esta historia, ¿O acaso la que esta ansiosa de llevarles el informe eres tú, y así poder esperar de rodillas y con la lengua fuera, como la perra que eres, a que al acabar de leerlo te entreguen el duro hueso que esconden donde todos sabemos?


Bueno, centrémonos hermana mia, pues has de saber que fui propuesta como Madre Superiora por uno de los tuyos, que sin embargo se parecía mucho a los nuestros, aunque mirando en la dirección equivocada.
El Sacerdote Redentor Isaías fue quien me propuso y, aunque te parezca extraño, no era de mi rebaño, al menos no lo era entonces, pero si que estaba cansado de que las que dirigían la Orden de Nuestra Señora Cazadora fueran viejas decrepitas cuya única meta había sido no meterse en suficientes líos por vuestro Emperadorcito y por ello llegar a una edad tan avanzada que no servían para absolutamente nada que no fuese dormitar la mayor parte del día.



Y fue gracias a uno de los vuestros que me convertí en lo que soy, en vuestro Némesis, vuestro anatema, así que agradecédselo a él.



Aún recuerdo como si fuera ayer el sueño que me enviaron mis maestros la noche de antes de mi nombramiento:
"De pie, con el Saqueador a mi siniestra, armada con un mayal viviente y un escudo tan muerto como vuestro Dios, veía una llanura negra llena de luciérnagas, pero no eran luciérnagas, sino las estrellas de la galaxia y la llanura no era sino el vació del universo y ambos estaban a mis nuestros pies.
<<Esto es nuestro Alisandra Careal, de los Dioses y de Nosotros>> me decía el Saqueador mientras abarcaba todo con un gesto.
<<¿Nuestro? No, es Suyo>> decid yo, o al menos mi propia voz fue la que lo dijo, mientras me tocaba el vientre."
Y asi supe que mi verdadero nombre era Careal, "La Insidiosa Amenaza del Caos" y que mi destino era ser la Emperatriz del Universo, la Madre del Verdadero Emperador.



Me desperté al alba, y desnuda caminé sobre un pasillo de aristas de diamante, ofrendando a los Dioses cada gota de sangre derramada, cada sentimiento de dolor, cada segundo de esa mentira.
Todas las hermanas caminaban detrás de mi, pero sin tocar el pasillo de diamante, hasta que llegamos a la nave de la catedral del Convento.
Subí al atrio y me coloque delante del altar, mirando a todas mis futuras hijas, esperando al momento de la envestidura con la Servoarmadura Dorada y el Cetro del Deber.
Ambos objetos relucían con el moribundo poder del Cadáver, pero yo sabia que el poder que en mi habian encerrado mis maestros era infinitamente superior al suyo.



Cuando los sacerdotes me vistieron por fin, un dolor lacerante recorrió toda mi piel pero aún asi esperé a que se pronunciasen las "sagradas" palabras que me ascenderian sobre mis hermanas y me convertirian el su Madre.
Avancé unos pasos, hasta el borde del púlpito, a punto de desmayarme por el dolor que sentía por todo mi cuerpo, esperando el momento preciso.
Allí estaban, Serveia y Kun-lei, las que conoceis como Arcania y Noseus, mirandome con adoración, pero faltaban aún Felippa y Silvana para poder completar el ritual.
Y entonces las vi, acababan de conocer a sus maestros y sus mentes aún no lo habian asimilado, pero estaban dispuestas a todo. ¿Te sorprende que alguien este dispuesto a dar su vida si hace falta por algo en lo que cree? ¿O es solo que no concibes que alguien este dispuesto a morir por un Señor de la Disformidad? Si... eso creia, no crees que nuestra fé sea igual o incluso superior a la tuya... pobre ignorante, espero que un dia entiendas por fin.
Entonces actué, liberé la energia que el Caos me habia dado y con un grito clamé a mis maestros, la Servoarmadura Dorada se vió impregnada por la Disformidad y se transformó mutando su corrupto poder imperial en el sagrado poder del Caos tornandose negra.
El cetro se licuó y el metal liquido y ardiente se transformó en el mayal que ahora tengo entre mis manos.
Mis Hijas me vitorearon, y purificaron a las pocas que aún seguían al Falso Emperador ofreciendo sus almas a nuestros señores.



Entonces me elevé por los aires suavemente, y en el centro de la catedral un cántico acudió a mis labios, un cántico que vosotros, pobres ignorantes, encontraríais funesto, pero que era música celestial en los oídos de los verdaderos elegidos.
Mis cuatro hermanas, las cuatro hijas predilectas de mis maestros, solo por debajo de mi, se unieron al salmo, añadiendo sus voces y sus matices a la mía.
La cascada y rasposa voz de Noseus, la voz estrangulada por la ira contenida de Deinos, la dulce y cristalina voz de Hedoné y la voz múltiple y llena de matices y dobles sentidos de Arcania se unieron a la mía.
La realidad se tensó y se rasgó, los débiles muros de la catedral del Convento no pudieron soportarlo y se derrumbaron sobre nosotras, pero ya estábamos en otro mundo, en otro tiempo, en otro universo.



+++ Fin de la transmisión+++



+++ Fin de la transmisión+++



Por Tzakai






editado por: AGRAMAR, 17 Ene, 2007 - 09:56