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Los tiranidos

AGRAMAR Enviado: 20.02.2006, 17:17
Vidente de Sombras
Vidente de Sombras
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Registrado: ene. 2006
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Por Dryzzit del foro de www.terrasomnia.com



Nadie conoce la edad de esta especie. De todas formas, se sabe que es extremadamente vieja.


Existen evidencias en la Tierra, en su mayoría en forma de jeroglíficos creados por culturas pre-sumerias, de que los tiránidos les visitaron hace unos 43,000 años. Esos símbolos han sido descubiertos recientemente, y cuentan una historia de cómo un "gran calamar cayó del cielo y vomitó una horda de gigantes de cuatro brazos y demonios púrpuras más pequeños, que arrastraron a muchos aldeanos hasta el calamar, antes de entrar finalmente en la criatura y regresar a los cielos de los que provino." Si ese mito es realmente un informe verdadero de la llegada de tiránidos a la Tierra, eso significa que conocen la Tierra y que poseen ADN humano desde hace más de 40 milenios. Los primeros avistamientos de tiránidos nos llegan de los antiguos Eldar. Habían construido la primera nave con una revolucionaria forma de motor de disformidad, y su misión era explorar otra galaxia. Cuando llegó a una galaxia próxima y comenzó su exploración, encontró una cadena de sistemas estelares siendo consumidos por tiránidos. Esto ocurrió hace unos 10,000 años, justo antes de la caída del Imperio Eldar. Cuando la nave regresó a nuestra galaxia, los Eldar estaban demasiado ocupados peleando contra las hordas del Caos como para investigar más a los extraños alienígenas que estaban destruyendo una galaxia cercana. Y viejos rumores Eldar sugieren que los tiránidos podrían haberse involucrado en la caída de los Eldar.

Pero son solo leyendas y teorías, no hechos. La verdad es, y probablemente permanecerá para siempre, desconocida. El primer contacto definido que la humanidad tuvo con el enjambre tiránido ocurrió hace unos 280 años en el planeta Tirán, en el extremo sudoeste de nuestra galaxia. Un misterioso fenómeno había sido gravado en varios sistemas a lo largo del borde este de la galaxia. En lugares en los que una vez existieron prósperos planetas con soporte para la vida, se localizaban pequeños planetoides estériles. Extraño pero, ya que ninguno de los planetas estaban habitados por vida inteligente, fueron en su mayoría, ignorados. Los informes de naves científicas explorando la región se archivaron in las bases de datos de la Tierra, pero no se hizo nada más. De cualquier manera, con el tiempo el fenómeno comenzó a moverse hacia la estación científica avanzada de Tirán, y la estación archivó más y más informes de mundos moribundos. Cientos de mundos que una vez poseían ecosistemas estaban muriendo, y al final atrajeron el interés de la Inquisición. Y después de un breve estudio de todos los informes de mundos moribundos, decidieron enviar al inquisidor Kryptman para visitar personalmente el puesto avanzado de Tirán y coordinar un estudio intensivo del fenómeno que ahora profundizaba en la galaxia. Cuando llegó, Tirán había sido consumido por completo.


Tirán era un planeta azul, más del 85% de su superficie estaba cubierto por océanos. La base avanzada estaba localizada en una isla en medio de uno de los grandes mares. Estaba poblada por más de 400 militares y científicos, incluyendo un astrópata. La base estaba fortificada, como defensa contra las grandes bestias que vivían en el océano del planeta y tenía 4 grandes cañones láseres, como defensa contra pecios Orkos. Desde la base, muchas naves científicas salieron para explorar el borde este de la galaxia. Y cuando las naves no regresaron el comandante de la base comenzó a ponerse nervioso, y pidió al astrópata que solicitase ayuda de la Tierra. Pero el astrópata no pudo mandar ningún mensaje, había una gran interferencia psíquica en la disformidad. Al día siguiente, los scanners de largo alcance mostraron una flota de más de mil naves de diseño desconocido, dirigiéndose directamente hacia ellos. Inmediatamente enviaron la pequeña flota que el sistema Tirán usaba como defensa, un esfuerzo fútil para detener la invasión. La flota de defensa fue completamente eliminada, destruyendo solo 12 de los miles de naves invasoras.

La primera oleada de naves tiránidas golpeó la base unas pocas horas después. Enjambres de esporas micéticas descendieron desde el cielo, pero los cañones láser destruyeron a la mayoría. La ligera lluvia de esporas micéticas sobre la base había sido completamente destruida. Ni una sola criatura tocó el suelo. Si todos los ataques eran así, Tirán podría salvarse fácilmente. No lo fueron. La siguiente oleada de criaturas amerizó en océanos, a varias millas de distancia de la base, fuera del alcance de los láseres. El comandante de la base sabía que entrar en los océanos era mortal, los monstruos de las profundidades eran tan letales, cualquier cosa moriría en cuestión de minutos, pero de alguna forma los atacantes sobrevivieron. Se deshicieron de la vida marina nativa con pocas o ninguna baja, y entraron la base Tirán Primus.

Un mes más tarde el Inquisidor Kryptman llegó al sistema Tirán. Pero donde debería estar Tirán Primus, sólo había un planetoide árido y sin atmósfera. El equipo del Inquisidor estaba confundido, hasta que detectaron una débil señal de baliza, proveniente del interior del planetoide. Usando los grandes láseres de la nave, excavaron la roca hasta encontrar lo que fuese que estaba enviando la señal. Hallaron un Codex de datos, que describía el asalto de los monstruosos invasores. Había información sobre la fisiología de las extrañas criaturas y su conducta durante la destrucción de la base, así como el relato de cómo lanzaron el Codex hacia el núcleo del planeta cuando los monstruos rompían la puerta y mataban al astrópata y al comandante de la base. Y encontraron el rumbo estimado de la flota de criaturas invasoras. De este planeta los invasores tomaron nombre: Tiránidos. La siguiente parada del Inquisidor fue el planeta Macragge, mundo natal de los Ultramarines. El Codex predecía que la flota enjambre, con nombre en código "Benemoth", atacaría ese planeta. Y después, tras Macragge, atacarían a la mismísima Tierra. Las noticias alarmaron a los Ultramarines locales, y varios ejércitos de marines fueron reclamados desde distantes planetas para ayudar a la defensa de los mundos natales, y se solicitó a la Tierra la ayuda de la Guardia Imperial. Había comenzado la Primera Guerra Tiránida.


Incluso con esos refuerzos, muchos no estaban seguros de que podrían contener la embestida de la Horda Tiránida.

Comenzaron a prepararse para la guerra. Todos los marines fueron alertados, y las flotas de defensa orbitaron el planeta las 24 horas del día.

Todos los láseres planetarios se mantuvieron activos como anticipación al ataque tiránido. Esa situación duró un mes, hasta que los primeros signos de la invasión se hicieron patentes. Las comunicaciones astropáticas eran imposibles, y las naves exploradoras comenzaron a desaparecer, y entonces, la flota apareció en los radares. Los cruceros de ataque se desplegaron para destruir a la flota antes de que llegara al planeta.

Dos naves fueron destruidas por los cruceros, antes de que un escuadrón de naves de combate y minas espora los aniquilasen. Durante la siguientes semana, las unidades de cruceros realizaron múltiples asaltos a la flota enjambre antes de su llegada al planeta. Su efecto combinado fue casi nulo. Sólo ocho naves fueron destruidas por los Ultramarines, menos del 1 por ciento de la flota. De todas las maneras, la flota enjambre encontró mayor oposición cuando comenzó a entrar en la órbita de Macragge. Toda la flota Ultramarine la esperaba, y realizó un rápido ataque usando toda su potencia de fuego. En la breve batalla, solo se perdieron 30 naves imperiales, mientras que destruyeron más de 300 naves tiránidas, incluyendo una gran nave Kraken, que parecía ser la nave insignia, que se estrelló cerca del polo norte. Sin embargo, era una victoria leve. Comenzaron a llegar informes de que la nave moribunda había liberado nubes de cúpulas de desembarco, en forma de esporas micéticas, y un informe desde la fortaleza polar indicaba que una horda de criaturas estaba emergiendo de la nave insignia destruida.

Parecía que la batalla que se había ganado en el espacio se iba a perder en la superficie del planeta. La destrucción de todas las esporas que caían era imposible y de cada una que aterrizó salió una progenie de criaturas tiránidas. Decenas de miles de seres pululaban sobre la superficie del planeta, destruyéndolo todo a su paso. En el espacio, las restantes naves tiránidas lanzaron sus esporas y se retiraron.

La flota Ultramarine se dividió, la mitad más dañada permaneció en órbita para apoyar al planeta, mientras que la otra mitad comenzó la persecución de la flota enjambre Behemoth. Por un momento, parecía que la flota enjambre lograría escapar pero, entonces, una gran flota de la Guardia Imperial salió del Espacio Disforme directamente a su frente. En minutos, la flota tiránida fue completamente destruida entre el fuego de los marines y de la Guardia Imperial, no sin un alto coste.

Casi la mitad de la flota Ultramarine había sido destruida, y varias naves Imperiales habían sido abordadas y sus tripulaciones completamente eliminadas. Las flotas estaban a punto de volver a Macragge, para ayudar a las tropas en tierra, cuando descubrieron la terrible verdad. La flota enjambre Behemoth era, realmente, dos flotas. La que se retiraba no intentaba escapar, sino unirse con su otra mitad, que era aun mayor que la primera. Sabiendo que no había forma de sobrevivir a la batalla, los Ultramarines encendieron sus motores y se dirigieron hacia Macragge, mientras de la flota de la Guardia Imperial puso rumbo a un puesto avanzado cercano, situado en el gigante gaseoso conocido como Circe. La flota tiránida también se dividió. La mayor parte siguió a la flota Imperial, mientas que la otra fue tras la flota de Ultramar. Aunque se trataba de la parte menor, aún era demasiado para los Ultramarines.

La batalla en Circe fue una carnicería. Casi todas las naves Imperiales fueron destruidas, y solo un brillante movimiento de la nave insignia Imperial, la Dominus Astra, les salvó de la destrucción total. La gigantesca nave insignia movió hacia el centro de la flota tiránida y encendió sus motores de disformidad. La propia nave y la flota enjambre fueron absorbidas a través de una titánica escisión en la disformidad, y finalizado en medio de un encuentro de un clan de varios miles de Desangradores. Es innecesario remarcar que tanto la Dominus Astra como la flota enjambre no vivieron para salir de la disformidad.

Las 12 naves imperiales restantes se retiraron hacia la Tierra, y las 36 naves supervivientes de la flota enjambre se unieron a la batalla de Macragge.

Mientras, cuanto la flota Ultramarine llegó a Macragge, se reunió con las naves que habían quedado para defensa y rechazaron a las oleadas de naves tiránidas que las perseguían. Tras la batalla, la flota de defensa informó a las otras naves que se había perdido el contacto con la fortaleza del polo norte, y que la lucha había ido mal en el planeta.

Los tiránidos habían sido rechazados, pero a un costo terrible. La fortaleza polar fue destruida y toda la 1ª Compañía, acantonada allí, había sido eliminada, hasta el último hombre.

La flota enjambre había sido apenas destruida, y no sin el casi exterminio de los Ultramarines y de millones de otras vidas humanas.

En el despertar de la invasión, el Imperio incrementó sus defensas contra un posible regreso de los Tiránidos. Condujeron una campaña para purgar las lunas de Ymgarl de los genestealers que las habitaban, e incrementaron las defensas en cinco etapas, a lo largo de la franja del sudeste.

Los científicos del Imperio pasaron décadas estudiando tiránidos muertos o capturados y sus armas, intentando desesperadamente encontrar alguna debilidad para aprovecharla. De cualquier manera, ninguna de esas precauciones pareció necesaria, ya que no se avistaron tiránidos en más de dos siglos y medio.

Muchos creyeron que los tiránidos nunca regresarían y pensaron que era un despropósito mantener su vigilancia. Creían que la flota Behemoth constituía la totalidad de la raza tiránida. Pensaron que los Ultramarines y la Guardia Imperial habían triunfado, y completamente exterminado a la mente enjambre. Estaban equivocados, completamente equivocados. En las profundidades del espacio, una flota enjambre gigantesca, la flota conocida como Kraken, estaba ya acercándose.

La muerte de la flota guerrera Behemoth envió una señal a la mente enjambre. Esta determinó la reconstrucción de Behemoth, a la vez que llamaba a las flotas cercanas Moloch, Minotauro, Fantasma, Espectro y Kraken, a destruir la galaxia. La más cercana a ellas era Kraken, que llegó a la Tierra en 250 años a velocidad no-disforme, y Espectro, Fantasma, y Moloch, llegarían algunas décadas después. Minutauro estaba a cinco años tras ellas. Si todas esas flotas fallaban, la titánica flota de asalto de Leviatán llegaría en unos siglos de viaje a velocidad no-disforme, y mucho antes si usasen su capacidad de salto. Ningún humano, eldar o orko podría detener a Leviatán.

El primer planeta en ser atacado era el planeta Ichar IV. Un pequeño mundo, muy industrializado con una gran y próspera población. El planeta había estado en un estado constante de guerra y revoluciones sangrientas durante años. Un grupo fundamentalista llamado la Hermandad se hallaba en los inicios de esas revueltas, y sus fanáticos seguidores buscaban derrocar al gobierno Imperial. No fue hasta que la catedral fue destruida completamente durante una guerra contra la Guardia Imperial, perdiéndose cientos de miles de vidas, cuando se averiguó la verdad. La Hermandad había sido realmente un gran culto genestealer, y una vasta progenie de genestealers salió de sus túneles subterráneos bajo la catedral, destruyéndolo todo a su paso.

Reclamaron a los Ultramarines, para ayudar a rechazar la marea. Tras meses de combates, el culto regresó al secretismo, y los Ultramarines, la Guardia Imperial y la Inquisición intentaron encontrar a los adeptos ocultos y destruirlos. Antes de que pudieran hacerlo, Kraken estaba atacando el planeta y daba comienzo la Segunda Guerra Tiránida.

A la vez que Ichar peleaba contra los genestealers, el Mundo Astronave Eldar de Iyanden estaba, también, bajo el asedio de la flota enjambre Kraken.

El brazo más largo de la flota enjambre Kraken se estaba dirigiendo directamente contra el Mundo Astronave. Los ciudadanos Eldar de Iyanden confiaban, inicialmente, en su habilidad para detener a la flota enjambre, y al principio, parecían ser así. Las rápidas naves Eldar destruyeron fácilmente a las lentas y voluminosas naves que formaban la primera oleada de la flota enjambre, que fue eliminada antes incluso de poder acercarse al Mundo Astronave. Los Eldar no pidieron refuerzos a los otros Mundos Astronave, ni despertaron a la Guardia Espectral, ni tomaron otra precaución. La segunda oleada fue diferente. Excedía en número a la flota Eldar en diez a uno, y hordas de criaturas tiránidas casi llegaron al mismísimo Mundo Astronave. La flota Eldar estaba casi destruida, pero el enjambre había sido derrotado con una pequeña, relativamente, pérdida de vidas Eldar. Los Eldar esperaban y rezaban para que no hubiese más ataques, ya que incluso uno pequeño podría ser difícil de rechazar sin la flota.


Cuando llegó la siguiente oleada de la flota, todas las esperanzas se difuminaron. La tercera era mayor que la segunda, como la segunda lo fue de la primera. El resto de Mundos Astronave supieron que Iyanden estaba condenado, y la "Sombra en la Disformidad" les impidió enviar ayuda, todo lo que podían hacer era mirar. La flota destruyó completamente los añicos restantes de la flota Eldar y la mayor parte de las naves aterrizó en el Mundo Astronave.

Los grandes bosques del Mundo Astronave fueron consumidos, muchas joyas espirituales preciosas fueron aplastadas y el Avatar de Khaine fue eliminado. Los Eldar estaban desmoralizados y escondidos, mientras que los enjambres tiránidos campaban por todo el Mundo Astronave. Todo parecía perdido.

Cincuenta años antes, el mayor de los tácticos navales Eldar, el Gran Admirante Yriel, había sido expulsado del Mundo Astronave Iyanden por el uso de tácticas imprudentes durante un ataque del Caos. Desde entonces, se había convertido en el líder de la mayor flota de piratas Eldars Oscuros de la galaxia. Había intentado ignorar la situación de su hogar, pero no pudo. Se precipitó hacia la flota enjambre a velocidad sub-Disformidad, para evitar a la "Sombra" y junto a las pocas naves restantes de la flota de Iyanden, pudieron destruir a la flota enjambre completamente. Entonces, aterrizaron en el Mundo Astronave, y ayudaron a los ciudadanos supervivientes de Iyanden a rechazar y destruir a la horda Tiránida.

Dos oleadas más de la flota enjambre se lanzaron sobre Iyanden, pero los esfuerzos combinados de las flotas Eldar Oscuro e Iyanden pudieron destruirlas completamente. Sufrieron severas pérdidas, y temieron no poder rechazar el sexto ataque, cuando llegase. Pero nunca llegó, la flota enjambre había sido derrotada. El coste fue grande, el ochenta por ciento de los incursores y de los ciudadanos del Mundo Astronave habían muerto, los bosques del mundo estaban consumidos, e incontables joyas espirituales se habían perdido. La cultura de Iyanden nunca se recuperaría completamente. Lo que ocurrió con los incursores de Yriel es desconocido.

Al mundo de Ichar IV, había llegado la flota enjambre. Las milicias locales y la Guardia Imperial los rechazaron inicialmente. Entonces los cinco más poderosos Capítulos de Marines Espaciales llegaron para ayudar en la lucha: los Ultramarines, los Lobos Espaciales, los Ángeles Oscuros, los Ángeles Sangrientos y los Puños Imperiales.

Pese a que el Imperio había rechazado ayudar cuando Iyanden estaba siendo atacado, los Eldar ayudaron igualmente. Todos los Mundos Astronave de la Galaxia, especialmente Iyanden, ayudaron a los defensores de Ichar IV. Las fuerzas combinadas de Eldar e Imperio eran demasiado para los invasores. La flota enjambre fue derrotada muy fácilmente, aunque enjambres renegados, sin enlace con la mente enjambre, permanecían desperdigados por las superficies planetarias, siendo una amenaza continua para nuestra galaxia.
Por toda la galaxia la lucha continúa. Más de doscientos mundos inhabitados cayeron bajo la flota enjambre y dos Capítulos de Marines Espaciales, los "Guadañas del Emperador" y los "Lamentadores" habían sido destruidos completamente. La flota Kraken estaba convirtiéndose en una amenaza para los pobladores de la galaxia. Los siguientes mundos habían caído también:
Calidan, Graia (después recapturado),Valhalla, Devlan, Moloch, Radnar, Salem, Sota, Veridian, Lamarno, Ceres XIV, Darvon VI, Deneros III, Eureka, Miral, Nautilus (recapturado), Necromunda (asalto abandonado), Prandium, Planeta de los Muertos, Sartosa, Las Fortalezas Centinela, Tharndros, Tranx, Ymgarl, Brachis II.

La derrota de Kraken es inminente debido al hecho de que por primera vez en la historia los Eldar, Humanos, Squats, Ratlings, Ogretes e incluso Orkos y Gretchins están trabajando juntos para derrotar a un enemigo común, ya que no podrían hacerlo por separado en la mayoría de los casos.

De todas formas la cantidad de daño que puede causar la flota enjambre antes de ser destruida todavía se desconoce y se están uniendo al asalto las flotas menores, Espectro, Fantasma, Minotauro, y otras. Y tras ellas llega Leviatán.

El futuro es incierto, ya que Leviatán podría consumir la galaxia entera.

Aun así, existe la esperanza, ya que las razas de nuestra galaxia han desarrollado un plan para atacar al reactor de asalto de la flota, antes de que llegue a nuestra galaxia, y poder cortar el enlace sináptico con la flota enjambre, acabando efectivamente con la amenaza Tiránida por siglos.

Y hay otra esperanza, en una antigua profecía Eldar. "Cuando Leviatán toque el mundo jungla de la muerte, la mayor mente enjambre, finalmente, nacerá. La mente enjambre se dividirá y los Tiránidos consumirán Tiránidos. Los mortales sobrarán a la ira del enjambre, mientras se consume a sí mismo.".

El significado exacto de esto se desconoce, pero el mensaje de la profecía Eldar es muy claro. En un mundo de nuestra galaxia, Callidan o Catachan muy probablemente, la mente enjambre será dividida, y los tiránidos ignorarán a las razas de nuestra galaxia, y lucharán entre sí.




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