:: INICIO  ::  FORO  ::  ENLACES  ::  DESCARGAS  ::

Menú

|- Buscar
| |- Foro
| |- Chat
| -- Codex
|     `- Indice

Usuarios


Bienvenido Invitado

El registro es completamente gratuito y podrás acceder a todas las partes de la web
Puedes registrarte aquí
Usuario:


Contraseña:


Recuérdame

Miembros:  Gran Arlequín
No Conectado  j  
Miembros:  Guardian
No Conectado  AGRAMAR  
Miembros:  Videntes de Sombras
No Conectado  Janus  
No Conectado  Mph2  
No Conectado  Azrael  
Miembros:  Solitarios
No Conectado  Datox5  
No Conectado  olmox  
No Conectado  Skulldragon  
Miembros:  Conectados
Miembros:  Miembros: 0
Invitados:  Invitados: 3
Total:  Total: 3
Miembros:  Miembros Online
No hay miembros conectados
Buscar Ultimos mensajes

Tema anterior Imprimir tema Tema siguiente

Inicio :: WarHammer 40.000 :: Transfondo WarHammer 40K :: La Guerra Gotica
Moderado por: AGRAMAR, j, Janus

Bajar a respuesta rápida 

La Guerra Gotica

AGRAMAR Enviado: 11.04.2006, 15:15
Vidente de Sombras
Vidente de Sombras
avatar

Registrado: ene. 2006
Mensajes: 2304

Estado: Desconectado
Ultima visita: 17.09.07
LA GALAXIA DEL 41er. MILENIO

Durante diez mil años ha subsistido el Imperio de la Humanidad, sometido a los designios y guía del Inmortal Emperador de la Tierra. La humanidad puebla más de un millón de mundos que se extienden a lo largo y ancho de la galaxia, luchando por la supervivencia contra horribles criaturas primigenias, alienígenas hostiles y rebeliones internas. Vivir en la Edad del Imperio es vivir tiempos muy duros; las guerras son algo común, y millones mueren a diario, al entregar los fieles sirvientes del Emperador sus vidas por el futuro de la Humanidad.

El Imperio es tan vasto que se encuentra más allá de la comprensión mortal. Se extiende sobre decenas de miles de años luz, protegido por ejércitos que cuentan con muchos billones de soldados. La poderosa burocracia de los Adeptus Terra, conocidos por muchos como El Clero, intenta dotar de sentido a la incontrolable cantidad de datos de este colosal Imperio – informes de guerras y batallas, tributos de lejanos sistemas estelares, hombres y materiales embarcados a distantes estrellas – aunque tratar de comprender en toda su profundidad un dominio tan masivo es una invitación a la locura.


EL ESPACIO DISFORME

La realización de la colonización humana de la galaxia se debe a un hecho – la existencia del espacio alternativo, un reino de pesadilla conocido como el Espacio Disforme. El espacio disforme yace alrededor y junto al universo material, una dimensión compuesta exclusivamente de energías cambiantes y conciencias informes. En el espacio disforme no existen el tiempo ni las distancias, tan sólo una corriente de inmaterium que fluye incesante. Una nave estelar equipada con motores de disformidad puede desgarrar la barrera que separa el universo real del espacio disforme, retirándose así de la corriente temporal normal. Sólo viajando a través del espacio disforme se pueden cubrir las inmensas distancias entre las estrellas en el período de una vida humana, aunque ni siquiera estos viajes sean instantáneos. Podría pasar un único mes de tiempo percibido a bordo de la nave, y sin embargo en el reino material podrían haber transcurrido desde seis meses hasta varios años. Por esto, a veces flotas y ejércitos enviados en respuesta a llamadas de auxilio aparecen con semanas, meses o incluso años de retraso, demasiado tarde para ayudar, lo que se añade a la anarquía y confusión que resultan de sostener cientos de guerras a lo largo y ancho de toda la galaxia.

La navegación por la disformidad

Una nave puede practicar pequeños saltos de entre cuatro y cinco años luz con cierto grado de eficacia. Sin embargo, para distancias mayores es necesario desplazarse a través de la propia disformidad. El espacio disforme es como un océano, con corrientes, tormentas y mareas que deben ser aprovechadas o evitadas. En el Imperio, sólo los Navegantes, humanos mutados, son capaces de distinguir las variables tensiones de la disformidad y dirigir una nave a su través, pilotando de ese modo las naves hasta su destino final.

Incluso los Navegantes necesitan un punto de referencia, que les es proporcionado por la inmensamente poderosa baliza conocida como el Astronomicón. Guiado por las mentes de diez mil psíquicos humanos especialmente entrenados en la Tierra, el Astronomicón envía su señal hasta 70.000 años luz hacia los confines más alejados de la galaxia. Un Navegante puede sentir el rayo del Astronomicón y usarlo para configurar su ruta. Faros más débiles, de menor alcance, dirigidos por astrópatas, y balizas de todo tipo, se emplean también para señalar las rutas de navegación y para ayudar a cruzar las zonas más traicioneras de la disformidad.



LA ARMADA IMPERIAL

Casi cada nave en el Imperio forma parte de la Flota Imperial, controlada por el Clero: el puñado relativamente escaso de buques que no lo hacen pertenecen algunas organizaciones especiales, como los Adeptus Mecánicus, los Capítulos de Marines Espaciales y la Inquisición, o a un pequeño número de antiguas y gloriosas familias mercantes. Incluso los regimientos de la Guardia Imperial deben confiar en la Flota Imperial para que los transporte a distantes zonas en conflicto. La Flota está dividida en los buques civiles de la Flota Mercante y las naves de combate de la Armada Imperial.

Para intentar organizarse de algún modo, el Imperio está dividido en cinco Segmentae Majoris, cada uno de los cuales dispone de su propia flota mercante y militar. Las estaciones para estas naves están en la Fortaleza del Segmentum en cada Segmentum – Marte en el Segmentum Solar, Kar Duniash en el Ultima Segmentum, Bakka en el Segmentum Tempestus, Hydraphur en el Segmentum Pacificus y Cypra Mundi en el Segmentum Obscuras. Los comandantes de la flota en cada segmento, los Altos Lores Almirantes, son individuos de gran poder, alguno de los cuales a veces puede llegar a convertirse en uno de los fabulosos Altos Señores de Terra.

Todo el espacio habitado por humanos está a su vez dividido en sectores, a menudo cubos de espacio de aproximadamente 200 años luz de lado. Cada sector está compuesto por subsectores, de entre diez y veinte años luz de diámetro, centrados en clústeres estelares de abundante densidad de población, mundos importantes o puntos de encuentro de varias rutas de comercio que atraviesen la disformidad. Las áreas entre subsectores y sectores – regiones sin explorar o habitar, imperios alienígenas, áreas bloqueadas por la disformidad, etc… – son conocidas como el espacio yermo o las regiones yermas, y componen una proporción de la galaxia mucho mayor que la que controla la Humanidad.

A todos los efectos prácticos, la flota de combate de un sector es la mayor organización naval operacional, bajo el mando de un Lord Almirante. Cada flota de combate se divide en varias agrupaciones. Las agrupaciones no son organizaciones permanentes, sino fuerzas expedicionarias, escoltas de convoyes, flotillas de patrulla y otras flotas reunidas para realizar tareas concretas. Hay algunas agrupaciones que se han constituido en instituciones casi permanentes, como la famosa 1ª Armada Terrana de Acorazados, pero la mayoría se forman y se disuelven según dicta la necesidad. Dependiendo de su tamaño y su papel, una agrupación puede ser dirigida por un capitán de nave con experiencia, un comodoro, un almirante de flota o a veces incluso por el propio Lord Almirante en persona.


Naves de batalla del Imperio

Cada flota suele contar con entre 50 y 75 naves de distintos tamaños, aunque en algunos sectores esta cifra puede variar ampliamente, según la importancia del sector y el número de enemigos con que deba contender. Además de estos destructores, fragatas, cruceros y acorazados, una flota también tiene acceso a incontables buques menores como transportes, cohetes, aviación de mensajería y aviación de reconocimiento de largo alcance. Además de buques interestelares, un sector también está protegido por abundantes naves incapaces de viajar a través de la disformidad, como naves de patrulla de sistemas y monitores defensivos. Estos se encuentran apoyados por defensas estacionarias – estaciones espaciales, plataformas de defensa orbital, láseres de defensa con base en tierra, silos de misiles y minas orbitales.

Puede parecer una armada desproporcionada, pero el área que hay que cubrir es enorme y la flota debe estar preparada para realizar multitud de tareas variadas y complejas. Un sector promedio, quizá en uno de los brazos septentrionales de la espiral, donde la población humana es más densa, puede contener decenas de miles de estrellas y cubre un área de 8.000.000 de años luz cúbicos. En una región yerma de este tamaño, sólo una pequeña fracción de los sistemas tendrá planetas, de los cuales a su vez sólo una pequeña fracción estará habitada, o será habitable. Sin embargo, las naves de una flota deben purgar constantemente esta área de enemigos, además de proteger las naves mercantes de ataques de alienígenas y piratas, transportar y escoltar ejércitos de Guardia Imperial, proporcionar apoyo en órbita a ejércitos planetarios y proporcionar flotas de exploración y patrullas de rutina.


El Ojo del Terror

Aunque el espacio disforme es una dimensión distinta, a menudo separada del reino material, hay algunas regiones de la galaxia donde los límites de la disformidad y el espacio real se pliegan y ambos se mezclan. Estas regiones se manifiestan como rugientes tormentas de energía destructiva, donde se quiebran las leyes de la física, y la energía pura de la disformidad rebosa hasta nuestro reino. El Ojo del Terror es la mayor de este tipo de regiones, un área tormentosa donde la naturaleza y la pesadilla se funden febrilmente – mundos con océanos de sangre y cielos de fuego; lunas que aúllan al éter; estrellas que cruzan rugientes los cielos, enfrentándose y provocando gigantescas supernovas. El Ojo del Terror es la más peligrosa de las fortalezas de los seguidores del Caos, renegados que han vuelto la espalda al Emperador y han traficado con su alma ante antiguos y malignos dioses a cambio de poder e inmortalidad. Desde el Ojo del Terror estos siniestros traidores lanzan incursiones y ataques, sumidos en una lucha eterna por derrocar el Imperio de la Humanidad, barrer todo símbolo de orden y ley y reemplazarlos con desorden y anarquía.


139-142.M41 –PRESAGIOS FUNESTOS

Muchos estudiosos imperiales creen que la Guerra Gótica empezó varios años antes de que la primera flota invasora entrara realmente en el Sector Gótico. En retrospectiva parece que puede encontrarse sentido a varios sucesos aparentemente inconexos que ya presagiaban la oscuridad y el derramamiento de sangre que habrían de venir.


La incursión contra Arx

Aunque el núcleo de las defensas imperiales en la zona del Ojo del Terror se localiza en la región conocida como el Portal de Cadia, existen multitud de estaciones dedicadas a monitorizar lo que sucede en el Segmentum Obscurus. Estos puestos de guardia repelen constantes agresiones y ataques de los enemigos del Emperador, pero a mediados del segundo siglo del cuadragésimo primer milenio el número de estas incursiones aumentó dramáticamente. El más importante, en opinión de los estudiosos, fue el dirigido contra la estación de vigilancia en Arx. Debido a su escasa importancia y a no ser un puesto prioritario, en Arx sólo residía una escuálida guarnición de Guardia Imperial, cuyo deber consistía en proteger al puñado de Tecnoadeptos necesarios para ocuparse del mantenimiento del equipo de observación.

A principios del 139.M41, la fragata de exploración Ascendence recibió una confusa petición de auxilio del anciano Astrópata de la estación de Arx. Se desconocía la naturaleza de los atacantes y cuando llegaron los refuerzos, cuatro meses después, no se pudo encontrar ni una sola huella de los responsables. Los Guardias Imperiales estacionados en el planeta habían sido completamente barridos. Así lo describió el capitán Thetis del 122º de la Guardia de Borlia en su diario:

“Era una carnicería terrible, habían dejado sus cadáveres mutilados abandonados, para que los siempre atentos perros carroñeros que son los únicos depredadores naturales de Arx se cebaran en ellos.”

La Inquisición envió a uno de sus agentes, el experimentado Inquisidor Horst, pero quedaban pocas pistas que seguir.

De haber sido Arx el único puesto fronterizo así atacado, la incursión no dejaría de ser otra intrigante adivinanza en una galaxia llena de misterios, y pronto habría sido olvidada. Sin embargo, durante los siguientes tres años se recibieron informes de cierto número de ataques similares contra sistemas vecinos, extendiéndose poco a poco hacia sistemas adyacentes. El Inquisidor Horst empezó a sospechar que seguían un desconocido esquema. Carente, sin embargo, de pruebas que pudieran servir para apoyar a su instinto o para identificar a los atacantes, decidió observar y esperar el siguiente movimiento de su enigmático enemigo.


Una epidemia de condenación

Apenas un año después del asalto contra Arx, algunos buques patrulla realizaron macabros descubrimientos en el Sector Athena. Cierto número de buques mercantes imperiales y naves de combate, entre ellas un crucero clase Emperor, aparecieron flotando incontrolados en el espacio yermo. Al abordarlos, se descubrió que todos los tripulantes de las naves estaban muertos, y sus cadáveres corrompidos y enfermos estaban dispersos por los pasillos y camarotes, algunos incluso en las mismas estaciones científicas. Xebal Astolax, Magos Biologis de los Adeptus Mecánicus, describió los diversos síntomas descubiertos al examinar los cadáveres del buque mercante Shanxi:

“La piel estaba llagada y cubierta de ampollas, de algunas de las cuales fluía abundante pus. Además estaba inflamada y enrojecida. Se habían producido crecimientos fúngicos en la cavidad cerebral, lo que debió causar dolor insoportable y delirio mientras las víctimas siguieron vivas.”

Las naves mostraban además señales de una breve batalla espacial y parecían haber sido abordadas, aunque no se pudo encontrar ningún enemigo muerto.

Mientras el Inquisidor Horst se preguntaba acerca de estos nuevos descubrimientos, sus muchos agentes y espías encontraron aún más noticias nuevas. Entre los capitanes de la Armada Imperial se empezaba a murmurar acerca de una nave del Caos. Una nave del Caos conocida como Plagueclaw, Garra de Plaga, un antiguo y despreciado buque tripulado por los pestilentes seguidores del Dios de la Corrupción, que había sido azote de la Armada Imperial durante más de cuatro milenios. La infección de los tripulantes de las naves y la reaparición del Plagueclaw debía ser algo más que coincidencia, y cuando una fuerza de Marines del Caos de la Legión Traidora de la Guardia de la Muerte saqueó el Mundo Colmena Morganghast, Horst se convenció de que las fuerzas del Caos estaban planeando una incursión de enorme importancia. Puso en alerta todos los puestos de vigilancia alrededor del Portal de Cadia, y buques de la Armada pertenecientes a todos los sectores del Segmentum Obscurus comenzaron a patrullar más intensamente la zona alrededor de Cadia.


La extensión de la anarquía

Mientras el Inquisidor Horst investigaba la actividad caótica alrededor de Arx y sus sistemas vecinos, los acontecimientos emprendieron un giro aún más siniestro en el Sector Gótico, a 2.500 años luz de allí. Los Navegantes de la Navis Nobilite informaron de cada vez mayores turbulencias en la disformidad alrededor de dicha región. Aún peor, la incidencia de las tormentas de disformidad se incrementaba gradualmente a medida que el año avanzaba. En muchos mundos se recibieron estas noticias con pánico, una situación que no tardaría mucho en tornarse aún más precaria, a medida que varios fanáticos religiosos comenzaron a declarar que el Emperador estaba descontento y por eso enviaba tormentas de disformidad que habrían de purgar a los impíos.

Todo esto condujo, inevitablemente, a la formación de un gran número de sectas, cuyos miembros se sentían dominados por el temor al final que se acercaba inexorable. Aguardaban desesperados el perdón imperial, y, como el sorprendido predicador de Flexeberg anotó:

“Dedican horas a flagelarse para purificar sus almas, deprecando contra los excesos de otros humanos, y obligando a los vecinos a expulsar a los pecadores y purgar sus propias blasfemias. Aunque un comportamiento muy loable de por sí, les ha llevado a olvidar su sagrado deber para con el Emperador – mientras se lamentan y hacen rechinar los dientes, las arcas resuenan vacías.”

En muchos planetas los cultos adquirieron un enorme poder, engrosando constantemente sus filas y recibiendo tal apoyo popular que no había nada que la Eclesiarquía (y, a veces, ni siquiera el propio gobernador planetario) pudiera hacer para detener a las febriles hordas. Al extenderse la histeria empezaron a rugir los pelotones de linchamiento en las colonias mineras y los mundos colmena, persiguiendo a los impuros. Hogueras y ahorcamientos espontáneos se popularizaron mientras los desesperados ciudadanos se entregaban enfervorecidos a su fe apocalíptica, azotando a amigos y amantes por pecados reales o imaginarios contra el Emperador. Sin obtener resultados. El Almirante de Flota Bratha, al enviar un mensaje a la base naval de Port Maw, se lamentaba así:

“Y sin embargo la disformidad ruge airada, y gira y se arremolina y bulle, y la situación se vuelve cada vez más desesperada.”

Cubiertos por la arremetida de paranoia popular, cultos secretos y sectas empezaron a infiltrarse en las posiciones de poder, subvirtiendo cada vez a más personas para su causa siniestra. Confundidos seguidores de los Dioses Oscuros empezaron a proclamar abiertamente que el Caos salvaría a la humanidad cuando el Emperador les hubiera vuelto la espalda. Miles, millones incluso de ciudadanos imperiales, atraídos con falsas promesas, se aferraron así a vanas esperanzas, y la Inquisición se encontró pronto incapaz de perseguir a todos los miembros de cultos, pervertidos y herejes. Para acabar de empeorar las cosas, varios buques de la Armada fueron destruidos en los talleres portuarios, a causa de sobrecargas de reactores y explosiones de munición. Aunque los informes oficiales declararon que los incidentes habían sido consecuencia de errores en el mantenimiento, munición defectuosa u otras causas comunes, muchos empezaron a creer en los rumores de sabotajes y rebeliones en el seno de la Armada.



La Mano de la Oscuridad

Mientras la anarquía y la confusión se apoderaban del Sector Gótico, Horst buscaba indicios del plan de los herejes. Cuando se enteró de que se había producido un ataque del Caos contra el mundo imperial conocido como Purgatory, solicitó ser acompañado por la flota de investigación. Había algo que diferenciaba Purgatory de las otras docenas de mundos que habían sufrido incursiones: el artefacto conocido solamente como la Mano de la Oscuridad. Su existencia sólo había sido revelada a algunos de los miembros de la Inquisición de mayor confianza, pues se trataba de un artefacto alienígena increíblemente antiguo que permanecía oculto a gran profundidad bajo la superficie de Purgatory. Todos los intentos por adivinar su función habían resultado infructuosos, y sin embargo se había oído de leyendas distantes de razas más sabias, como los Eldar, que hablaban de la Mano de la Oscuridad con horror y repulsa. Se había generalizado la opinión de que se trataba de un arma de inconmensurable poder, aunque su funcionamiento exacto permanecía ignorado. Cuando Horst llegó a Purgatory, los temores más secretos del Inquisidor se revelaron ciertos – la Mano de la Oscuridad había desaparecido. Si los seguidores del Caos aprendían a usar este arma de inimaginable poder, ¿quién podría predecir qué clase de energías destructivas serían capaces de desencadenar contra los ejércitos del Imperio?


La invasión de Ornsworld

Horst había oído hablar de otro artefacto relacionado con la Mano de la Oscuridad en los viejos mitos. Llamado el Ojo de la Noche, se encontraba en el planeta Ratling conocido como Ornsworld. Mientras Horst se apresuraba hacia allí a bordo de la nave más rápida que pudo conseguir, recibió un informe acerca de un ataque lanzado contra los Ratlings. Una pequeña fuerza de renegados había aterrizado cerca del lugar donde se encontraba el Ojo, incrustado en una antigua estatua que los Ratlings adoraban en los tiempos pre-imperiales. Tras una breve escaramuza una fuerza de reclutamiento de la Guardia Imperial estacionada cerca del punto de aterrizaje de las fuerzas del Caos frustró su asalto inicial. Un mes después, sin embargo, las naves del Caos bloqueaban Ornsworld, dando comienzo a una invasión a escala planetaria. Los indefensos Ratlings no tenían ninguna oportunidad ante los depravados Marines del Caos, y la cifra de muertos pronto alcanzó varios millones, mientras las montañas y las colinas eran registradas a sangre y fuego por los seguidores de los Dioses Oscuros. El Teniente Compton-Hawkins, destinado en el equipo de reclutamiento, recuerda las escenas que siguieron al ataque:

“Pilas de cráneos de Ratlings se elevaban sobre las llanuras y las piras funerarias ennegrecían los cielos, mientras los traidores arrasaban sistemáticamente todo lo que encontraran en su camino. El pequeño asentamiento de Esmeralda´s Dale ahora es sólo un cráter humeante, donde los huesos de sus 4.000 habitantes han sido reducidos a polvo y dispersos por todo el vecindario. Un potente detonador sísmico arrasó la [ladera montañosa de] Great Belly (la Gran Panza), acabando con siete ciudades y 82.000 Ratlings a causa de los desprendimientos de pedruscos y deslizamientos de barro hirviente.”

En medio de la matanza, alguien arrancó el Ojo de la Noche de su montura, y a continuación se retiró hacia las estrellas. Las fuerzas del Caos poseían ahora tanto la Mano de la Oscuridad como el Ojo de la Noche, y con ellos quizá el poder suficiente para derrocar el Imperio por completo. Había una pregunta que atormentaba al Inquisidor Horst: ¿dónde planeaban lanzar su primer ataque? Pronto habría de conocer la respuesta.


Comienza la tormenta

El anciano Inquisidor comenzó a recopilar informes dispersos acerca de actividad inusual en un área cada vez mayor, y se enteró de la tormenta de disformidad que parecía avecinarse en el Sector Gótico. Al dirigirse hacia la región, cada vez había más informes de incursiones caóticas que llamaban la atención del Inquisidor Horst, reforzando así su creencia de que el Sector Gótico había de ser el escenario de esta última incursión. Un mes después de la llegada de Horst al sector, tras tres años investigando (desde la incursión contra Arx), una onda expansiva cataclísmica cruzó la disformidad. La imparable tempestad envolvió el Sector Gótico en rugientes torbellinos, aislando así la región del resto del Imperio. Fuera lo que fuera a ocurrir a continuación, las naves y guerreros del Sector Gótico deberían afrontarlo en solitario.



Top  AGRAMAR Enviar MP
 
AGRAMAR Enviado: 11.04.2006, 15:16
Vidente de Sombras
Vidente de Sombras
avatar

Registrado: ene. 2006
Mensajes: 2304

Estado: Desconectado
Ultima visita: 17.09.07
143.M41 – ATAQUE SORPRESA

Las primeras auténticas batallas de la Guerra Gótica tuvieron lugar a finales del 143.M41. Durante los primeros meses del conflicto, las flotas del Caos lanzaron gran cantidad de ataques a vida o muerte contra bases de la Armada Imperial en el sector.


El primer ataque

Se empezaron a recibir multitud de informes acerca de flotas del Caos atacando en todas direcciones contra el Sector Gótico. Es indudable que el importantísimo primer ataque había sido cuidadosamente planificado, ya que las flotas del Caos se concentraron contra una docena de las principales bases imperiales del Sector. Los renegados atacaron por sorpresa, veloces y furiosos, emboscando las naves imperiales estacionadas en los propios puertos o en órbita alrededor de sus bases. Golpeada de improviso y ya fatigada por al aumento de la tensión en el sector, la Armada Imperial no estaba preparada para responder a la repentina ofensiva. En Bladen la Rhadamanthine fue impactada por torpedos enemigos que destrozaron sus plataformas de despegue de babor, mientras en Cherys bombarderos Doomfire de la Heartless Destroyer dañaron los motores de disformidad de la Lord Sylvanus con tanta eficacia que se necesitarían casi dos años de reparaciones constantes, antes de que la nave fuera capaz de efectuar saltos a través del espacio disforme de más de cinco años luz.

Las estaciones en órbita también cayeron ante los invasores del Caos, destruidas o capturadas a causa de la velocidad del ataque. La pérdida de muchos de estos astilleros, como los Muelles Tripol, Port Imperial y la estación Gathara, se convirtió en una doble derrota: no sólo los buques imperiales necesitaban reparaciones con desesperación, sino que además era el enemigo quién disponía de los medios, ¡y los estaba usando! El capitán Grove de la Admiral Drake, un antiguo crucero clase Relentless que se usaba como buque de entrenamiento, fue uno de los pocos supervivientes al asalto contra la Base Halemnet en el Clúster Cyclops, atacado de la forma típica por las naves del Caos. Grove y su tripulación pudieron escapar gracias a la buena suerte, como se puede comprobar en esta cita del cuaderno de bitácora:

4ª Guardia, 3er. Día de Euphistles. Atacados por buques enemigos. Se acercaron con la estrella a sus espaldas, cegando nuestros topógrafos. Impactos de torpedos de largo alcance han destruido la Vanguard [un crucero ligero clase Dauntless] e inutilizado la Indomitus Imperious [un crucero clase Lunar]. Abandonamos el muelle con los reactores a un 75% de su capacidad operacional. Atrapados en un intercambio de fuego a corto alcance con un escuadrón de escoltas renegados, nuestras baterías de armas de estribor y los tubos de torpedos sufrieron daños graves.

Estallaron incendios en las galerías de babor; hubo que descender las mamparas de emergencia. Se estiman las bajas en 5.000, quizá más. Muchos de ellos artilleros o tripulantes de las cubiertas de babor. Ahora intentamos destrabarnos, tratando de evitar un clase Slaughter que se aproxima ayudado por el pozo de gravedad de Halemnet. Se está transmitiendo toda la energía disponible a los motores, se trata de superarles en movilidad. Hora de visitar la capilla y rogar por la protección del Emperador.

Afortunadamente para la tripulación del Admiral Drake y otros muchos, las flotas del Caos no suelen estar preparadas para batallas de desgaste, prefiriendo en su lugar atacar de forma contundente y retirarse a continuación. Esto, sin embargo, suele causar a la Armada Imperial considerables pérdidas, incluyendo naves comandante destruidas o que no podrán ser reparadas hasta muchos meses, o incluso años, después.


La defensa de Orar

Sin embargo, el éxito de las flotas del Caos no fue absoluto. En algunas batallas los traidores sufrieron serios reveses, especialmente en la defensa del mundo colmena de Orar. Cuando una de las muchas partidas navales del Caos, dirigida por el Señor de la Guerra Malephica Arkham, emboscó a la flotilla estacionada en Orar, no encontraron un enemigo sorprendido, acobardado ni, mucho menos, indefenso.

Tras haber recibido órdenes de ayudar a sofocar una rebelión en un sistema vecino la flotilla imperial, dirigida por el Capitán Compel Bast a bordo del crucero Imperious, estaba preparándose para abandonar la órbita. Desplegadas en estado de máxima alerta, las naves imperiales esquivaron fácilmente la andanada inicial de torpedos de los atacantes, y se dispusieron a responder. Lo que ocurrió a continuación lo explica el propio Bast en persona:

“Incapaces de abortar su ataque, las naves del Caos se abalanzaron hacia delante, embistiendo ciegamente contra una nube de torpedos , disparos de lanza y fuego de las baterías de las defensas orbitales de Orar. Nuestro cañón nova acertó de lleno al vil renegado Soulless. El impacto destrozó la nave y produjo una nube de gases y residuos flotantes junto a ella. Los artilleros recibieron doble ración de bebida esa noche.

Mientras nos acercábamos para rematarlos, el resto de naves del Caos se dieron a la fuga, abandonando a su compañera allí. Su resquebrajado casco recibió un verdadero torrente de fuego y por fin fue destruida, al implosionar sus motores de disformidad, sometidos a una presión excesiva a causa de nuestro bombardeo. La nave de Arkham, la Deathbane, soportó una extraordinaria cantidad de fuego del Iron Duke, pero finalmente el puente acabó absolutamente barrido. Se rumorea que Arkham fue el único de los que se encontraban en ese momento en el puente que consiguió escapar al desastre, protegido del algún modo por sus Siniestros Amos.

Los tripulantes de la aviación de ataque se hicieron acreedores de una mención honorífica por su admirable actuación en servicio. Varios de nuestros bombarderos intervinieron decisivamente para ayudar a reducir al Deathskull a un pecio inservible. Por desgracia, no pudimos reclamar la recompensa, pues el pecio fue atrapado por la fuerza gravitacional de Orar y desapareció entre llamas en la atmósfera superior.”

Tan sólo un puñado de escoltas del Caos lograron escapar indemnes, y el Deathbane y su flota fueron perseguidos hasta los confines del sistema por los airados comandantes imperiales.


Alianza inverosímil

Orar no fue el único descalabro sufrido por las fuerzas de la Oscuridad en los primeros momentos de la guerra. En un incidente, una pequeña flota del Caos formada por varias escoltas de las clases Iconoclast e Infidel que preparaba una incursión contra Denerair, del Clúster Cyclops, cayó víctima de una de las abundantes bandas de piratas Orkos de la región. Las confusas transmisiones emitidas por las naves del Caos fueron parcialmente interceptadas, permitiendo al Imperio formarse cierta idea de lo que estaba ocurriendo.

Haciendo uso de su táctica tradicional, consistente en acechar en campo de asteroides hasta que cruce una víctima confiada, los Orkos se abalanzaron desde su refugio contra el núcleo de la flota enemiga. Incapaces de recurrir a su superior maniobrabilidad entre los torbellinos de asteroides, gases y nubes de polvo estelar, las naves del Caos fueron despiadadamente barridas por los Orkos. Ni un solo buque del Caos sobrevivió a la batalla.

Se dice que el Almirante Lord Ravensburg, al oir la noticia, exclamó: “¡Si no fueran maldita chusma con la piel verde, nombraría buque insignia a su comandante!” Él, sin embargo, negó haber dicho nada similar.

Acontecimientos como éste no eran, sin embargo, más que sucesos aislados e inconexos, y por regla los pieles verdes se mostraban igualmente felices al atacar a las flotas imperiales o invasoras.


La batalla por Blackstone IV

Los ataques iniciales del Caos se concentraron contra instalaciones de gran importancia, como los mundos forja de los Adeptus Mecánicus o las bases navales. De las diecisiete bases existentes en el Sector Gótico, seis habían sido fundadas sobre las Fortalezas Blackstone (también conocidas como Fortalezas Azabache o Fortalezas Oscuras). Como se explica en el Liber Monumenta:

“Los arquitectos de las construcciones conocidas como Fortalezas Oscuras permanecen aún hoy desconocidos. Los análisis de sus materiales y métodos de construcción han resultado equívocos, incongruentes e inútiles. Los intentos de fecharlas dan resultados dispares, que varían tremendamente, oscilando entre diecisiete mil y trescientos mil años. Permanecen durmientes desde que fueron descubiertas a principios del segundo milenio del reino de su divinidad el Emperador. Pero incluso con la mayoría de sus sistemas inoperativos, las Fortalezas de Azabache suponen una estructura incomparable para fundar bases navales.”

Tras efectuar extensas reestructuraciones, los Adeptus Mecánicus añadieron torretas defensivas de construcción imperial y sistemas de armamento primarios. De este modo la capacidad defensiva de las Fortalezas Oscuras rivalizaba con la de las estaciones de Mando de la Armada en el mismo Port Maw. Era considerado motivo de orgullo para la Flota Gótica no haber tenido que emplear todavía las Fortalezas Oscuras en batalla.

Pero esto iba a cambiar en el sistema de Rebo, donde la base naval Blackstone IV orbitaba alrededor del quinto mundo del sistema. Una flota del Caos, probablemente dirigida por Abaddon en persona, atacó Rebo V. Las naves imperiales en la estación opusieron una feroz resistencia, pero se vieron prontamente superadas por el tamaño de la flota a la que se enfrentaban. Veinte naves comandante, entre las que se encontraban dos acorazados clase Despoiler, y docenas de buques escolta, barrieron el perímetro defensivo exterior y atacaron la misma Fortaleza Blackstone IV.

La batalla fue breve y sangrienta – en el momento en que la flota del Caos la alcanzaba, los sistemas del energía de la Fortaleza se apagaron completamente. Con la fuente de energía completamente bloqueada, las armas eran incapaces de disparar, las puertas blindadas de las plataformas de lanzamiento de aviación no se abrían y el personal a bordo quedaba aislado, incomunicado e indefenso. Poco después de que el Astrópata Jefe de la estación consiguiera transmitir esta información, Blackstone IV cayó en manos de sus atacantes. No se recibieron más noticias de Rebo y hubo que asumir que no sobrevivió nadie. Este fue el primero de lo que habrían de ser una serie de golpes demoledores para las fuerzas imperiales, en los comienzos de la guerra.


La muerte de Savaven

Mientras Abaddon lanzaba su brutal ataque contra Rebo, más desastres acechaban a los leales defensores del Sector Gótico. En Savaven, un mundo Cardenalicio de la Eclesiarquía, las escasas naves de defensa del sistema poco podían hacer por proteger este planeta frente a un nuevo y terroríficamente armado enemigo. Apodado Planet Killer, el Asesino de Planetas, de esta nave monolítica despuntaban cañones, baterías de lanzas y sistemas de lanzamiento de torpedos. Mientras las naves defensivas se retiraban, impotentes ante su implacable avance, el Asesino de Planetas alcanzó la órbita de Savaven. Jeremiah Soldagen, comandante de las fuerzas de defensa orbitales, describió los acontecimientos que siguieron del siguiente modo:

“En el interior de su cavidad central [del Asesino de Planetas], podíamos detectar una fuente de energía verdaderamente masiva. La energía chisporroteaba en algunas de las portillas del casco. De repente, con un crujido que cegó el sol de nuestros escáneres, abrió fuego. El chorro de energía duró una media hora.. Sólo el Emperador sabe cómo se las arreglaron para generar tal cantidad de energía. Nos conectamos con los monitores planetarios para observar lo que sucedía en la superficie del planeta. El rayo se fue abriendo camino a través de la corteza planetaria, atravesando a continuación el manto interno. Al acabar el ataque, el magma surgió desde esta herida en el pecho del continente, desgarrando Savaven desde dentro. Los mares hirvieron, evaporándose a los cielos, mientras al mismo tiempo las capas de hielo se derretían y continentes enteros eran anegados por las mareas y el oleaje. Ante semejante desprendimiento de energía, Savaven abandonó su órbita regular, girando sobre su eje imaginario. Supongo que para entonces nadie estaba vivo, pero si alguien había sobrevivido no debió durar mucho más. Como el paquete de raciones que aplastas en tu puño, Savaven se desplomó sobre sí mismo, y a continuación estalló en miles de fragmentos. Ahora mismo hay allí un campo de asteroides, de densidad muy elevada y que imposibilita la navegación. Vivían catorce billones de personas en Savaven. Catorce billones de muertos en menos de una hora.”

Soldagen y otros supervivientes comenzaron a sufrir trastornos mentales como consecuencia de lo que habían presenciado, y tres meses después acabaron con sus propias vidas en un suicidio en masa de grandes proporciones. El efecto de todo esto sobre la moral imperial fue devastador. Todo el mundo había oído hablar del Exterminatus, con torpedos de fusión, bombas víricas e implosionadores másicos, pero ahora el enemigo disponía de la posibilidad de destruir un planeta entero, no sólo la vida en su superficie. Posiblemente el pensamiento más escalofriante en la vida de un tripulante de nave. Mientras la Armada Imperial se sobrecogía sólo con imaginárselo, el Inquisidor Horst se preguntaba si este poder tenía que agradecérselo el Caos a la Mano de la Oscuridad y el Ojo de la Noche. Porque si se trataba de otra cosa, entonces aún podían ocurrir cosas peores.


Problemas con los Eldar

Un problema constante al que tenía que enfrentarse el Almirante Lord Ravensburg, comandante de la Flota Gótica al completo, era la presencia de un gran número de Eldar en el Sector, lanzando veloces incursiones desde sus escondites en la nébula Graildark (o del Cáliz Oscuro). Se baraja incluso la hipótesis de que hubiera un Mundo Astronave en el sector durante el conflicto, aunque no lo llegó a ver nadie y su localización nunca pudo ser determinada.

De todas las fuerzas de piratas que infestaban el Imperio, la denominada los Ejecutores se volvió muy activa a medida que la Guerra Gótica progresaba, de modo que el número de sus incursiones y correrías había aumentado de tres durante el 143.M41, a ocho durante el 147.M41. Incapaz de rastrear a las sofisticadas naves Eldar hasta su base, y pese a sus sospechas de que estaban relacionadas de algún modo con el esquivo Mundo Astronave, Ravensburg tan sólo podía defenderse de los alienígenas y dejar en manos de los comandantes de cada flotilla individual la defensa contra los escurridizos enemigos.


Reuniones de Manadas de Lobos

Pero no sólo los Eldar se cebaban en los transportes y naves mercantes del Imperio. Bandas de piratas humanos, renegados del Ojo del Terror e incluso buques de otras razas alienígenas aumentaron su actividad. Denominados Manadas de Lobos por los oficiales encargados de perseguirlos, estas bandas de traficantes en pequeñas naves asaltaban las naves de todo el mundo, y de nadie en concreto. El Almirante Koburn, de la Segunda Flota de Cruceros, comentaba con amargura:

“Si se tratara de una batalla abierta, no tendrían ninguna oportunidad contra nuestro armamento. Pero [los incursores] actúan de manera zorruna, sin arriesgarse nunca a un enfrentamiento al descubierto, no si pueden evitarlo. Las Manadas olfatean los talones de nuestras flotas, capturando un transporte aquí y un buque allí. Su táctica favorita consiste en acechar en campos de asteroides y operar desde lunas desiertas, donde es imposible rastrearlos, por no hablar de eliminarlos. He llegado a oir hablar de una banda de rufianes que operaban desde una estación situada en la atmósfera exterior de un gigante gaseoso en el sistema de Fullarn. Cada mes aumentan los informes de sus ataques, pero no podemos permitirnos el lujo de retirar más buques del frente para que escolten convoyes.”

La flota imperial tenía que hacer frente a dos enemigos a la vez: la flota del Caos y los piratas humanos, orkos y eldar que ya suponían una seria amenaza a la navegación por el Sector Gótico antes incluso del comienzo de la guerra. Por todas partes el Imperio se replegaba, luchando a la defensiva, expulsado de un mundo tras otro, de un sistema tras otro. Las bajas eran muchas y los astilleros y las estaciones orbitales combatían con desesperación por proporcionar cada vez más munición, armas y hombres. La Oscuridad había descendido sobre el Sector Gótico, y parecía como si la luz no fuera a regresar jamás.



Top  AGRAMAR Enviar MP
 
AGRAMAR Enviado: 11.04.2006, 15:16
Vidente de Sombras
Vidente de Sombras
avatar

Registrado: ene. 2006
Mensajes: 2304

Estado: Desconectado
Ultima visita: 17.09.07
144.M41 – LAS FORTALEZAS OSCURAS

El Imperio estaba siendo acosado por multitud de flotas del Caos acaudilladas por Señores de la Guerra individuales (estimadas entre ocho y veinte, aunque algunos creen que incluso más). Cada una de ellas rivalizaba con cualquier fuerza de combate que el Almirante Lord Ravensburg pudiera reunir en ese momento. Una en particular, dirigida por el implacable Abaddon en persona, iba a suponer la mayor de las amenazas.

La estación de Lukitar

Ante la amenaza del asesino de planetas de Abaddon muchos mundos imperiales se rindieron sin luchar. Uno tras otro, el Imperio perdió el dominio de varios subsectores, y con ellos de sus astilleros y puertos orbitales. A medida que aumentaban las dificultades para reparar los buques dañados, la construcción de nuevos se hacía cada vez más improbable. Gracias a sus ataques iniciales, el Caos podría haber ganado la guerra antes de que hubiera empezado.

Sin embargo, aún quedaba esperanza para la Armada Imperial. En una luna desolada que orbitaba el gigante gaseoso del sistema de Lukitar se encontraba una instalación de los Adeptus Mecánicus. Los tecnosacerdotes se esforzaban buscando entre la documentación de sus sabios predecesores, tratando de encontrar el conocimiento de sistemas de armas más poderosos, motores más eficaces y mejores generadores de escudos. Se instalaron algunos de estos equipos optimizados en un puñado de naves imperiales, pero sin llegar a conseguirse nunca resultados enteramente satisfactorios. La cantidad de energía a la que tenía acceso una nave era limitada, y si se mejoraba la artillería empeoraba el funcionamiento de las comunicaciones; si el consumo de los motores aumentaba, los escudos parpadeaban hasta fundirse. La búsqueda continuaba, cada nuevo experimento cada vez un poco más perfecto que el anterior.

Hasta que llegaron las naves de Abaddon. El Comodoro Vandez, que dirigía el Escuadrón Rojo 202, compuesto por cuatro fragatas clase Sword, se contaba entre los primeros imperiales que veían a Abaddon desde su ataque contra Blackstone IV.

2ª Vigilia, Decimonono de Aphrodael, sistema Lukitar. Los informes de las estaciones vigías eran ciertos. Nuestros asaltantes poseen un pulso de energía de magnitud inimaginable. Los tripulantes hablan en murmullos aterrorizados sobre el Asesino de Planetas, pero lo cierto es que la última vez que se avistó al Asesino fue en Saviour, a 65 años luz de aquí. Nos dirigimos hacia el enemigo a máxima velocidad para investigar.

9ª Guardia, Decimonono de Aphrodael, sistema Lukitar. ¡Pese a estar viéndolo con mis propios ojos, no puedo creérmelo! Varias naves comandante renegadas avanzan por el sistema, con una docena de escoltas. ¡Les acompaña una Fortaleza Blackstone! ¡Es cierto, maldición! Parece distinta, más orgánica; en cierto modo, parece viva. ¡Como si eso fuera posible! Nuestros sensores han registrado varios sistemas armamentísticos no pertenecientes al Imperio. ¿Cómo han conseguido despertar a la bestia? Por la sangre del Emperador, están concentrando energía para un disparo, como si no les importara la distancia.

3ª Guardia, Primo de Sanacleus, Inmaterium. Atrás quedan los restos de la estación de Lukitar. La Fortaleza de Azabache capturada parecía casi inmune a nuestras armas, las de los pocos que nos abrimos camino hasta ella. Tiene armas como no he visto nunca antes, ni siquiera cuando me enfrenté a los piratas eldar o perseguí a los incursores Fra´al en Bhein Morr. La fortaleza redujo la estación de Lukitar a restos en tan sólo unos minutos, para lo cual empleó todo su armamento contra ella.
Para alcanzar Brinaga desde aquí basta con un salto de siete años luz. Allí se encuentra estacionada la Fortaleza de Azabache VI, y allí es donde nos dirigimos a toda máquina, esperando poder avisarles del ataque. Imagino que los renegados tratarán de capturar otra de las fortalezas. Ruego al Emperador que no sea así.

Incluso avisados por Vandez, había pocas naves disponibles para la defensa de Blackstone VI. Igual que sucedió con la captura de la primera fortaleza, los renegados disponían de alguna de forma de control sobre la fortaleza desde lejos, lo que les permitía inutilizar sus sistemas de control y convertirla en una trampa mortal para las decenas de miles de tripulantes a bordo. El sistema de Brinaga cayó en manos de Abaddon cuatro meses después del ataque contra Lukitar.




Poder inconmensurable

Mientras el Almirante Lord Ravensburg sopesaba los problemas militares y logísticos a los que se enfrentaba su sector, completamente aislado, recibió la visita del Inquisidor Horst. Lo que sucedió entre ambos no ha sido registrado, aunque la creencia generalizada es que el Inquisidor habló a Ravensburg acerca de la Mano de la Oscuridad y el Ojo de la Noche. Se preparó una estrategia que permitiera recuperar las fortalezas por medio de la astucia, en vez de atacar directamente.

Sin embargo, antes de que este plan diera resultados visibles, se recibieron noticias de que la flota de Abaddon había lanzado otro ataque, en esta ocasión contra la Fortaleza Blackstone I en el sistema Fularis. En el pecio que se encontró orbitando la estrella de Fularis se halló el cuaderno de anotaciones personal del Primer Teniente Elijáh Borgia del Vindictive:

“Estamos de suerte. [La flota de Abaddon] ha atacado desde el otro extremo de Fularis II, lo que significa que tendrán que sobrepasar los sistemas defensivos orbitales y planetarios para alcanzar Blackstone I. Acabamos de potenciar nuestro armamento en Fularis II, precisamente en previsión de una eventualidad como esta, y dudo que ni siquiera con sus dos fortalezas pueda sobrevivir nuestro enemigo.”

Pronto se derrumbaría el optimismo inicial de Borgia:

“Las dos Fortalezas Oscuras se han aproximan a la quinta estación a miles de ligas una de otra, a setenta y cinco mil ligas de Fularis II, y justo fuera del alcance de las plataformas de armas, excepto los lanzadores de torpedos. Nuestros sensores registran un aumento de energía en ambas Fortalezas: se están preparando para algo. El tecnosacerdote Flavix sugiere que podría estar produciéndose alguna clase de intercambio de energía entre ellas. Por los dientes del Emperador, hasta yo puedo verlo ahora: es como una columna de energía crepitante que une ambas Fortalezas. Mientras la energía acumulada sigue aumentando, el chorro de energía se hace más visible. Ahora el maldito Astrópata se ha puesto a gritar, aullando algo sobre una brecha en la disformidad. ¿Qué truco diabólico se traen entre manos? Oh, no , no, por el...”

Textos parecidos recuperados posteriormente coinciden en que se empleó un rayo de energía de algún tipo contra Fularis II. El Vindictive fue atrapado de lleno; sus escudos se sobrecargaron al instante y el casco externo se vaporizó al pasar el chorro de energía sobre la nave. La atmósfera de Fularis II había desaparecido, y la superficie había quedado reducida a una llanura rocosa. No se encontraron trazas de Blackstone I.


144-149.M41 – SIGUE LA GUERRA

Por todo el Sector Gótico se enfrentaban las flotas del Caos y el Imperio. Durante cinco años la guerra devastó el Sector, mientras el saldo de bajas alcanzaba millones por cada bando. Se invadían y se recuperaban planetas, las flotas eran emboscadas, las bases atacadas... Mientras tanto, el Sector seguía aislado a cualquier ayuda externa.


Matanza entre las estrellas
Desde las Profundidades Hammerhead (Cabeza de Martillo) hasta el Clúster Cyclops, las naves imperiales luchaban con desesperación por detener a las naves del Caos que se desparramaban por todo el Sector Gótico. En algunas regiones las fuerzas del Emperador eran empujadas por la ferocidad del ataque enemigo, mientras en otras, dirigidos por comandantes de más edad o experiencia, conseguían frenar el empuje inicial del ataque del Caos. Es imposible describir con exactitud cada batalla, o el desarrollo concreto de la campaña, pues hubo mundos que cambiaron de manos cuatro, cinco y hasta seis veces durante el período más cruento de la guerra. Hacia el 147.M41 el subsector Lysades había sido casi completamente sojuzgado, y las naves del Caos se concentraban en la docena de sistemas que rodeaban Port Maw. Sin embargo, en el Clúster Cyclops los Orkos presentaron una feroz resistencia ante los buques invasores, mientras desde puntos de vanguardia en Quinrox Sound la flota imperial lanzaba sus contraataques, abriéndose camino entre las líneas del enemigo antes de tener que concentrar su atención en alguna otra incursión en otro lugar.

Mientras la Armada Imperial y los renegados se batían entre las estrellas, los ataques de piratas eldar, orkos y humanos aumentaban. Libres de la férrea vigilancia a que eran sometidos por la Armada Imperial, estos bandidos daban rienda suelta a su brutalidad. Capturaban convoyes, grupos de incursores saqueaban ciudades enteras, y en docenas de mundos morían millones de personas de inanición y enfermedad. Los convoyes que conseguían llegar intactos a menudo encontraban naves enemigas navegando por el sistema al que se dirigían, naves enemigas que bloqueaban el paso hasta estrangular a los mundos asediados. En el mundo colmena de Stranivar tres colmenas, con más de cien billones de almas, fueron arrasadas por las revueltas debido a la escasez de agua potable. Sin suministros a la vista, los centros de reciclaje del propio planeta no eran suficiente para el total de población, y cuatro quintas partes de los pobladores murieron deshidratados antes de que un nuevo convoy rompiera el bloqueo establecido por el Caos. Los muelles y los astilleros a menudo carecían de equipo, y las naves que accedían a ellos en busca de reparaciones y reaprovisionamiento a menudo volvían al combate con arreglos primitivos a mano y los cargadores medio vacíos.


El refugio pirata

Mientras las fuerzas de Lord Ravensburg luchaban contra las naves de los Señores de la Guerra, la flota imperial realizó progresos significativos contra otro enemigo mortífero. Una primitiva y vulgar coalición de casi dos docenas de bandas piratas se había reunido en Quinrox Sound. Con más de 50 buques de escolta, un crucero clase Gothic capturado y dos cruceros clase Lunar, los incursores se habían convertido en una seria amenaza para la seguridad de los navegantes en el subsector. El Almirante Lord Ravensburg, concentrado intentando detener la incursión del Caos, dio plenos poderes al Almirante Mourndark para que se hiciera cargo de los piratas como considerara apropiado.

Mourndark escogió sus naves de entre distintas flotillas de todo el sector, incluyendo la Espada de Orión, el Hacedor de Estragos, el Uziel, el Fortaleza, y el temible Cypra Probatii. Junto a estas naves comandante, Mourndark también tomó el mando del 24º Escuadrón de Destructores (los Hacedores de Viudas), el 1er. Grupo de Fragatas (el Garras de Águila), y las fragatas clase Sword de la Flotilla de Patrulla 206 Yunque. Con un enorme convoy de transportes vacíos Mourndark atrajo el ataque pirata. Cuando las naves imperiales contraatacaron, Mourndark ordenó que se permitiera huir a al menos uno de los corsarios. Con ayuda del Maestro Navegante Absalom Draal, Mourndark y su flota fueron capaces de seguir a los piratas supervivientes hasta su refugio en el sistema Barbarus Costa. Convencidos de la seguridad que les otorgaba su escondite, los piratas habían dedicado poco esfuerzo a preparar las defensas. El ataque imperial llegó como una auténtica sorpresa, como Mourndark explicaba en un informe a Lord Ravensburg tras la batalla:

“Caímos sobre ellos como sabuesos en una cacería. Intentaron escurrirse hasta sus agujeros, pero mis escoltas estaban preparados para eso. La misma Cypra Probatii consiguió quince derribos ese día, y las bajas que causó debieron superar los treinta buques. Muchos huyeron hacia la superficie de Barbarus III, creyéndose a salvo de nuestras armas. Cuán equivocados estaban. Usando los torpedos de plasma modificados por el Magos Urilun de los Adeptus Mecánicus prendimos fuego a la atmósfera del mundo desértico, quemándolos a todos. Sólo tres buques emergieron del infierno desencadenado, suplicando piedad. Nuestras armas les otorgaron la piedad del Emperador.”

Resuelto el problema de los piratas de forma rápida y eficaz, Ravensburg quedaba libre para concentrar sus fuerzas contra el Caos.




150-151.M41 – EL IMPERIO RESURGE

Durante los siete primeros años de la Guerra Gótica el Imperio había estado luchando a la defensiva a lo largo de un extenso frente. Al pasar del 150.M41 al 151.M41 el Almirante Lord Ravensburg decidió enfrentarse al enemigo y recuperar lo que había sido perdido.


La batalla de Gethsemane

Con el conocimiento de que los buques caóticos eran superiores en número pero estaban divididos en muchas flotas menores, Lord Ravensburg esperaba poder destruir a sus atacantes si podía hacer valer todo el potencial de la Flota Gótica contra cada una de las flotillas del Caos individualmente. Era una jugada de enorme riesgo, porque concentrar la flota significaba debilitar las escoltas a los convoyes, las patrullas de los sistemas y los escuadrones encargados de eliminar a los piratas. Ravensburg explicaba sus motivos en una carta al Inquisidor Horst del siguiente modo:

“Son éstos tiempos turbulentos que exigen acciones tremendas y decisión. Debemos actuar con audacia y fe en el Emperador, o nuestros territorios se desangrarán en diez años, y tendremos que ceder el sector entero al enemigo. Un golpe importante, en cambio, no sólo servirá para eliminar algunas naves, sino que nos permitirá enviar un mensaje a amigos y enemigos a la vez – el Imperio no se va a rendir sin plantar cara.”

Tras numerosos ataques abortados y falsas expectativas, Ravensburg encontró su primera auténtica oportunidad a mediados del 151.M41, cuando las naves de exploración informaron de una flota del Caos moviéndose en masa hacia el sistema Gethsemane (también pronunciado Getsemaní). Ordenando a su fuerza que avanzara a máxima velocidad, Ravensburg tomó el mando personalmente a bordo del Derecho Divino. Con diecisiete naves capitanas (entre las que se incluían dos acorazados y dos cruceros de combate) y veinte escoltas a sus órdenes, Ravensburg persiguió a la flota enemiga hasta la región de Gethsemane. Repentinamente conscientes de la inquietante situación a la que se enfrentaban, las fuerzas del Caos se dirigieron hacia el exterior del sistema, decididas a alejarse lo suficiente de la estrella de Gethsemane para poder efectuar el salto a la disformidad. Ravensburg encargó a las más veloces de entre sus naves perseguir a la flota que escapaba. Lo que sucedió a continuación está registrado en las memorias del Capitán Blythe de la Guardiana:

“Mientras perseguíamos al enemigo huido empezamos a recibir señales de aviso relativas al acercamiento de una nueva flota enemiga que se acercaba directamente hacia nosotros. ¡Habíamos sido atraídos a una trampa! Reforzados por una docena más de naves, los buques del Caos dieron media vuelta y todo lo que pudimos hacer fue evadir su ataque, operación que supuso la pérdida de tres destructores y cuatro fragatas en una serie de pequeñas escaramuzas. Las bajas sufridas por el enemigo supusieron al menos cinco escoltas y quizá hasta diez o más. Con todas nuestras armas pesadas a las órdenes de Lord Ravensburg, poco podíamos hacer salvo correr. ¡El cazador cazado!”

Blythe y su grupo de naves regresaron junto a la flota principal de Lord Ravensburg, pero incluso contando las naves comandante de Lord Ravensburg la flota imperial era superada de forma importante en potencia de fuego. Durante tres días las dos flotas trataron de rodearse y esquivarse mutuamente por todo el sistema, sin que ninguno de los comandantes se atreviera a enviar al grueso de sus naves contra un enemigo cuya posición exacta era, cuando menos, desconocida. La flota de Lord Ravensburg se enfrentó a la del Caos tres semanas después de llegar al sistema. Seis fragatas clase Firestorm localizaron a la flota enemiga cerca de Gethsemane II, empleando la cobertura que les proporcionaban varias nubes de polvo para evitar ser detectadas. Aprovechando la ocasión, el Almirante se lanzó al ataque con toda su flota. Los destructores de la clase Cobra lanzaron una serie de andanadas de torpedos a máximo alcance – aunque las probabilidades de causar daños serios eran muy escasas, los torpedos forzaron a las naves del Caos a variar su rumbo, de forma que se acercaran a las naves comandante del Imperio. El Teniente Martyrn, de la Nave Insignia Derecho Divino, narró del siguiente modo los acontecimientos:

“Obligados a un enfrentamiento frontal contra nuestra flota, los buques del Caos salieron maltrechos del intercambio inicial de fuego. Constantemente aullaban nuestros torpedos, dirigidos hacia sus naves. Algunas lograban evadirse, otras florecían con pétalos de ardiente plasma. Con nuestros escudos delanteros y proas blindadas su fuego de respuesta servía de poco. Nuestros escoltas, como perros pastores, mantenían juntas y apretadas a las naves enemigas, que formaban una masa compacta contra la que dirigir el fuego. Por fin llegó el momento en que una flota y otra nos cruzamos. Nuestra nave retumbó al abrir fuego ambos costados simultáneamente. A la orden de Lord Ravensburg comenzó una descarga continua y estruendosa contra sus naves. Juntas y recortándose contra las estrellas, difícilmente podíamos fallar.”

La flota Imperial arrasó a sus adversarios, inutilizando cuatro de sus naves comandante y destrozando once escoltas en la primera pasada. En lugar de girar para hacer frente al enemigo, que en retrospectiva habría servido para darle alguna oportunidad de victoria, el Señor de la Guerra ordenó a su flota que no variase el rumbo, intentando desesperadamente escapar.


El ataque de los Ejecutores

Mientras las más rápidas de las naves enemigas empezaban a acelerar alejándose de la flota de Ravensburg, parecía como si la flota del Caos fuera a volver a eludir la justicia. Pero a medida que el enemigo se alejaba, un nuevo drama se preparaba, como muestra este relato del Capitán Drew de la Fortitude:

“Atacaron sin avisar – un minuto la pantalla estaba vacía, y al siguiente una auténtica armada de naves eldar había surgido ante la flota del Caos. Al reconocer los colores de los Ejecutores entre sus buques temimos por nuestras vidas. Pero cuando intentábamos emprender un nuevo rumbo, nuestro miedo se convirtió en extática alegría. ¡Los eldar estaban atacando al enemigo, no a nosotros! Recuerdo los gritos de alegría en el puente, y un disparo de lanza perforando uno de sus acorazados, que se desgarraba en docenas de partes, consumido por las llamas que lamían sus baterías de armas.”

Atrapados entre los eldar atacantes y la flota de Ravensburg, las naves del Caos fueron rápidamente aniquiladas, aunque una docena más de los buques imperiales quedara inutilizada o simplemente dañada antes del final de la batalla. Por qué los eldar decidieron prestar su apoyo a la causa imperial es algo que nunca se ha podido explicar, aunque la creencia generalizada es que finalmente se habían enterado de que Abaddon había capturado las Fortalezas de Azabache y habían comprendido que sólo una alianza les permitiría sobrevivir.


Nuevos acontecimientos

Aunque ya se extendía por toda la flota la noticia de la gran victoria de Lord Ravensburg, aún había mejores noticias en camino. Durante los últimos meses del 151.M41, las tormentas en la disformidad que habían aislado el Sector Gótico empezaron a perder intensidad, y varias naves de flotas vecinas llegaron para reforzar a los fatigados buques de Lord Ravensburg. Con ellas llegaron transportes de combate y cruceros de asalto de varios capítulos de Marines Espaciales, incorporando tropas frescas de élite a la lucha. La sólida defensa imperial, aunque rota en algunos puntos, había evitado que las flotas del Caos consiguieran una victoria rápida, y con la ayuda de los eldar y las naves de sectores vecinos los sirvientes del Emperador podían pasar a la ofensiva.


La destrucción de Tarantis

Pero igual que Ravensburg había sido antes demasiado terco como para aceptar la derrota, ahora Abaddon parecía igualmente decidido a no perder lo que había conseguido. Con dos, quizás incluso tres, Fortalezas Oscuras a sus órdenes, Abaddon suponía la mayor de las amenazas para los mundos imperiales del Sector Gótico. Hasta qué punto era peligroso nadie lo había sabido hasta que atacó el sistema de Tarantis. Cercano a una de las fronteras del Sector Gótico, Tarantis era un punto de reunión habitual para las naves que se disponían a entrar o abandonar la región del Sector Tamahl, así que hacia allí se lanzó Abaddon tratando de frenar la llegada de refuerzos imperiales.

Su flota principal, acompañada por las tres Fortalezas de Azabache desaparecidas, barrió al puñado de naves imperiales cercanas a lugar por el que surgieron del espacio disforme. Acercándose rápidamente al sistema, los cruceros y acorazados de la armada caótica se abrieron camino entre los defensores para permitir el paso de las Fortalezas Oscuras. Incontables millones de personas, muchas de ellas reclutas pertenecientes a la Armada o a la Guardia Imperial, murieron mientras los planetas eran destruidos y perecían incontables inocentes. Pero lo que sucedió a continuación, en el combate entre ambas flotas, iba a eclipsar todos los horrorosos sucesos desencadenados hasta el momento. Combinando su poder del mismo modo que en el sistema de Fularis, las Fortalezas Oscuras liberaron una onda masiva de energía contra la estrella de Fularis. Alcanzado su objetivo, las naves del Caos se retiraron combatiendo y saltaron a la disformidad de nuevo.

Durante todo un mes la estrella de Tarantis rugió hirviente. Retorcidas tormentas recorrían su ardiente superficie, mientras que su corona (su diámetro) se expandía hasta llegar a engullir los dos mundos más cercanos. Todos los que podían abandonaron el sistema, pero evacuar la población de tres mundos enteros era una tarea imposible. Cuatro semanas tras el ataque de Abaddon la estrella de Tarantis se convirtió en nova, arrasando todo lo que se encontraba a muchos miles de billones de kilómetros en todas direcciones en una terrorífica tempestad de gas y plasma. Tarantis, un sistema estelar entero, había dejado de existir. Abaddon tenía suficiente poder como para emplear estas armas contra cualquier sistema que se le antojase.


La trampa

Lord Ravensburg estaba firmemente convencido de que Abaddon trataría de capturar las otras tres fortalezas Blackstone, pero no tenía la menor idea de cuál de las tres sería la siguiente en recibir las atenciones del Señor de la Guerra. La cacería continuó durante seis meses, durante los cuales las naves imperiales y eldar patrullaron sistemas olvidados hacía tiempo, en un intento desesperado de encontrar a Abaddon y sus terribles armas. A finales del sexto mes, las fuerzas aliadas consiguieron una ventaja decisiva: los eldar habían encontrado la flota de Abaddon en el Bajo Lysades y eran capaces de usar sus sofisticadas naves para seguir su rastro a través de la disformidad.

Dado su rumbo, era claro que el Señor de la Guerra se estaba preparando para lanzar un ataque contra Schindlegeist, donde la Blackstone V flotaba en las profundidades estelares. Dejando atrás tan sólo un puñado de buques para que se ocuparan de las otras flotas del Caos, Ravensburg y los eldar se apresuraron para alcanzar Schindlegeist antes que el propio Abaddon. Empleando antiguos portales en la disformidad que les fueron mostrados por los eldar, los almirantes imperiales alcanzaron el Sector cinco días antes de la fecha en que se esperaba el ataque de Abaddon. Mientras recibían una corriente constante de datos acerca de las acciones de Abaddon, las naves imperiales y eldar acechaban, a la espera.

Superados en número y cogidos por sorpresa, había poco que los capitanes de las naves traidoras pudieran hacer, salvo morir luchando. Durante tres días se enfrentaron las poderosas flotas enemigas, sufriendo horrendas bajas por cada lado. Pero pese a toda su ferocidad, las naves caóticas sencillamente no podían igualar las fuerzas desplegadas contra ellas. Mientras el tercer día de lucha alcanzaba su sangriento clímax, Abaddon consiguió una vez más cruzar las líneas imperiales con sus Fortalezas y dirigirse hacia la estrella. Ravensburg ordenó interceptarle a todas las naves disponibles, aunque sabía que había poco que se pudiera hacer para frenar a las bestias. Sólo la Llama de Pureza estaba lo suficientemente próxima para atacar, pero el armamento del crucero servía de poco contra las enormes estaciones.

A medida que las Fortalezas acumulaban energía para lanzar su cataclísmico ataque surgieron nuevos rayos que las unían entre sí. Comprendiendo que sólo había una posibilidad, el capitán Abridal ordenó dirigir todo el potencial disponible a los escudos, y maniobró con la Llama de Pureza hasta situarse en medio de los rayos convergentes. La nave explotó casi instantáneamente, dispersándose en sus átomos constitutivos. Sin embargo, la detonación había bastado para agotar temporalmente la energía de las fortalezas, y, tal y como Abridal había esperado, necesitarían tiempo para volver a acumular el poder necesario para lanzar un nuevo ataque. Y tiempo era precisamente lo que Abaddon no tenía.


La derrota de Abaddon

Agotada su energía, poco podían hacer las Fortalezas de Azabache. Abaddon se las arregló para escapar con dos de ellas, tras una larga cacería hasta los límites del sistema Schindlegeist y un salto a la disformidad desde una posición peligrosamente cercana a un pozo de gravedad. La flota imperial acorraló a la tercera, abriendo fuego contra ella con toda su potencia, aunque con escaso éxito. Finalmente, dos cruceros de asalto del capítulo de Marines Espaciales de los Ángeles Redentores, combinados con botes de asalto del Derecho Divino, abordaron la solitaria fortaleza, intentando recuperarla. Ensign Goldwyn, que formaba parte de la fuerza de asalto, informó más tarde a sus superiores:

“Estábamos realmente sorprendidos ante la ausencia de tripulación a bordo de la Blackstone. Nuestro abordaje no tuvo que hacer frente a oposición de ningún tipo, y al acceder a su interior se había convertido en algo extraordinariamente distinto a la base en la que yo me había entrenado. Las mismas paredes latían con energía, habiéndose tornado su superficie negra, de un negro aterciopelado y surcado por profundas venas. Era absolutamente distinta de la nave de pasillos y habitaciones blanco chillón que había sido mi hogar seis años antes.



Top  AGRAMAR Enviar MP
 
AGRAMAR Enviado: 11.04.2006, 15:21
Vidente de Sombras
Vidente de Sombras
avatar

Registrado: ene. 2006
Mensajes: 2304

Estado: Desconectado
Ultima visita: 17.09.07
No se veían rastros de las modificaciones realizadas por los Tecnosacerdotes, como si nuestra intrusión hubiera sido un sueño por fin acabado. Llevábamos a bordo quizá una hora cuando un pitido agudo inundó el aire y las paredes adquirieron un tono rubicundo. El pánico se apoderó de nuestros corazones y nos apresuramos a regresar a los Tiburones [los botes de asalto]. Justo a tiempo, pues apenas la abandonábamos, la fortaleza comenzó a desgajarse, fragmentándose lentamente en miles de secciones. Contemplar la destrucción del enemigo suele ser un momento agradable, pero en este caso, y aunque no soy capaz de explicar por qué, mi corazón se llenó de pesar y no podía escapar a la sensación de que algo excelso acababa de morir.”

Aproximadamente al mismo tiempo que la Fortaleza reconquistada se autodestruía, las otras Fortalezas del Sector Gótico hacían exactamente lo mismo. Nadie sabe si el mismo destino alcanzó a las Fortalezas a las órdenes de Abaddon, y hay rumores de avistamientos en los que el Señor de la Guerra es acompañado por las antiguas máquinas, y otros en los que no. Cómo o por qué las Fortalezas fueron destruidas es aún hoy un enigma, pero se asegura que el Inquisidor Horst declaró a Lord Ravensburg:

“¿Quién puede imaginarse hasta dónde habría llegado Abaddon con las seis en su poder? Hay cosas que son demasiado peligrosas para existir, y alguien o algo ha decidido que las Fortalezas Azabache se cuentan entre éstas…”



152-160.M41 – LOS AÑOS FINALES

Huida la flota de Abaddon, la atención de la Armada Imperial se concentró en las otras flotas del Caos. Las tormentas de disformidad habían cesado casi completamente, y decenas de naves se dirigían al Sector Gótico.


Fuerzas superiores

Muchos de los Señores de la Guerra del Caos siguieron a Abaddon y huyeron al Ojo del Terror, donde acunan su odio y amargura hasta que surja una nueva oportunidad para atacar. Cuatro grupos especiales, cada uno de ellos compuesto por varias docenas de naves comandante y escoltas, supervisaron la destrucción sistemática de aquellos que optaron por quedarse, erradicándolos uno tras otro. En el subsector de Port Maw se produjeron batallas titánicas entre el Segundo Grupo de Cruceros del Almirante Storn y la flota de Heinrich Bale durante dos años, mientras las naves del Caos se escurrían de sistema en sistema, dando la cara cuando las circunstancias les favorecían, huyendo de la ira del Emperador en las demás ocasiones. La batalla por Quinrox Sound reclamó aún más vidas, pues las naves del Caos se dispersaron y huyeron individualmente, cebándose en el ocasional escolta o crucero enviado para detenerlas.


Se limpia la mancha

Aunque las batallas entre las estrellas estaban acabando, todavía se necesitaron ocho años para recuperar los mundos tomados por el Caos. Muchos de ellos habían sido completamente arrasados, y sus poblaciones esclavizadas o sacrificadas a los Dioses Oscuros. Lenta pero metódicamente, la Guardia Imperial comenzó a limpiar estos planetas de la mancha del Caos. Los Confesores y Misioneros de la Eclesiarquía se dispusieron a restaurar la fe en el Emperador, y la Inquisición a perseguir a aquellos que habían colaborado con los seguidores de los Dioses Oscuros. Sin embargo, la lucha nunca acaba definitivamente. Aún hay mundos en la Nebulosa Graildark que aguardan a las flotas imperiales que han de rescatarlos; hay naves caóticas individuales, e incluso dos o tres flotas, que aún acechan en la oscuridad entre las estrellas de las Profundidades Hammerhead y el Clúster Cyclops, esperando su oportunidad para golpear de nuevo.


Los lobos se dispersan

A medida que las naves del Caos huían o eran destruidas, Lord Ravensburg ordenó a dos de los mayores grupos especiales concentrarse en eliminar a los piratas, cuyo poderío había aumentado desde las matanzas anteriores. Al igual que las flotas del Caos, fueron perseguidos de uno en uno y por turnos. Muchas de las bandas se deshicieron y huyeron buscando asilo en sistemas estelares olvidados hacía largo tiempo, o en campos de asteroides que ni siquiera figuran en las cartas astrales. Los Orkos del Clúster Cyclops fueron objetivo de inacabables persecuciones, expulsados de mundos en los que habían esclavizado a millones y de sistemas estelares en los que sus crudas construcciones (es difícil llamarlas naves) se habían cebado en los navegantes imperiales.

Veinte años de guerra habían dejado profundas cicatrices y se necesitarán siglos de sangre, sudor y esfuerzo para reparar el daño, tanto físico como espiritual, causado por Abaddon y sus seguidores.


Las recompensas de la victoria

Para la Armada Imperial en general, y para la Flota Gótica en concreto, el coste había sido elevado, tanto en vidas humanas como en pérdidas materiales. Se habían hecho grandes sacrificios, y habían hecho falta grandes héroes para aceptar los retos. Gracias a la determinación, coraje y lealtad de cada hombre en la Armada, se había ganado la guerra.

Los Altos Señores de La Tierra reconocieron los esfuerzos de la flota entera en el Sector, y el nombre de cada tripulante que sirvió en la guerra, desde el Almirante Lord Ravensburg hasta el grumete más novato en la nave mercante de más bajo rango, se grabó en un monolito especialmente construido para la ocasión, que se eleva a diez veces la altura de un hombre en la Cámara de los Héroes, en el propio Palacio Imperial. El Inquisidor Horst simplemente desapareció, para proseguir con su tarea en algún otro lugar, y se rumorea que pasó el resto de su vida persiguiendo a Abaddon, tratando de adivinar cuál había sido el destino de las Fortalezas con las que había escapado. Sobre el éxito de su misión no se puede decir nada: no se ha recibido ni un solo informe, y él no ha sido visto desde la conclusión de la Guerra Gótica.

El Sector Gótico ha sobrevivido a estos tiempos de oscuridad, y la vida regresará eventualmente a sus cauces normales para los valientes hombres de la Armada: las batallas de rutina con los piratas eldar, la búsqueda constante de contrabandistas traidores, el aniquilamiento de herejes y rebeldes, y un millar más de trabajos por los que la Humanidad debe agradecimiento eterno a la Armada Imperial.

informacion sacada de inforol, por benedictus3



Top  AGRAMAR Enviar MP
 
Datox5 Enviado: 11.07.2007, 14:26
Vidente de Sombras
Vidente de Sombras
avatar

Registrado: ene. 2007
Mensajes: 879

Estado: Desconectado
Ultima visita: 18.09.07
Acabo de ver que La Guerra Gótica ya la habias colgado Agramar... xD

¿Qué prefieres, la República Monárquica Muista o ese tal Imperio? Alístate.
Top  Datox5 Enviar MP
 
Mph2 Enviado: 11.07.2007, 14:29
Gran Arlequín
Gran Arlequín
avatar

Registrado: feb. 2007
Mensajes: 1545

Estado: Desconectado
Ultima visita: 18.09.07
Vivan las paradojas! De todas maneras.... no es más grande la otra? Habra que leerlo todo xDy juntar los datos distintos



Tux v.2.2

Siempre hay un lanzallamas a mano si uno lo necesita.
Top  Mph2 Enviar MP WwW
 
Datox5 Enviado: 11.07.2007, 14:31
Vidente de Sombras
Vidente de Sombras
avatar

Registrado: ene. 2007
Mensajes: 879

Estado: Desconectado
Ultima visita: 18.09.07
Totalmente de acuerdo xD

Y asi hay unos cuantos, navegando por el foro, he visto otro de Cypher, por poner un ejemplo XD

¿Qué prefieres, la República Monárquica Muista o ese tal Imperio? Alístate.
Top  Datox5 Enviar MP
 
AGRAMAR Enviado: 21.07.2007, 17:29
Vidente de Sombras
Vidente de Sombras
avatar

Registrado: ene. 2006
Mensajes: 2304

Estado: Desconectado
Ultima visita: 17.09.07
<input type="hidden" name="phpMyAdmin" value="%2CrAyZF7QLdUa3u9Pnl%2C0%2Cibq8k9" /><input type="hidden" name="phpMyAdmin" value="4niGF0eEqNefgGI8xZMHfNTqET1" />Datox5Acabo de ver que La Guerra Gótica ya la habias colgado Agramar... xD


ainssssssss no me acordaba....y eso que use el buscador...he colgado tantas cosas ya....sorry


se cierra?



Top  AGRAMAR Enviar MP
 



UP
 
UP

- La Biblioteca Negra -

No somos responsables de todo lo que puedan escribir los usuarios en esta web. Esta página es de carácter gratuito y privado. Por ello el acceso a la misma puede estar restringido, reservándose el derecho de admisión. Esta página web no es en absoluto oficial y de ningún modo respaldada por Games Workshop Limited. 40k, Adeptus Astartes, Battlefleet Gothic, Black Flame, Black Library, el logotipo de la Black Library, BL Publishing, Ángeles Sangrientos, Bloodquest, Blood Bowl, el logotipo de Blood Bowl, el emblema de The Blood Bowl Spike, Cadiano, Catachán, Caos, el emblema del Caos, el logotipo del Caos, Citadel, el castillo de Citadel, Combate Urbano, Ciudad de los Condenados, Codex, Cazadores de Demonios, Ángeles Oscuros, Darkblade, Eldars Oscuros, Dark Future, Dawn of War, el emblema del águila imperial bicéfala, ´Eavy Metal, Eldars, los emblemas de los Eldars, Epic, El Ojo del Terror, Fanatic, el logotipo de Fanatic, el logotipo de Fanatic II, Fire Warrior, el logotipo de Fire Warrior, Forge World, Games Workshop, el logotipo de Games Workshop, Genestealer, Golden Demon, Gorkamorka, la Gran Inmundicia, GW, GWI, el logotipo de GWI, el logotipo del martillo de Sigmar, el logotipo de la Rata Cornuda, Inferno, Inquisitor, el logotipo de Inquisitor, el emblema de Inquisitor, Inquisitor: Conspiracies, el Guardián de los Secretos, Khemri, Khorne, el emblema de Khorne, Kroot, el Señor de la Transformación, Marauder, Mordheim, el logotipo de Mordheim, Necromunda, el logotipo stencil de Necromunda, el logotipo de la placa de Necromunda, Necrón, Nurgle, el emblema de Nurgle, Orko, los emblemas de cráneos de los Orkos, Hermanas de Batalla, Skaven, los emblemas de los Skavens, Slaanesh, el emblema de Slaanesh, Space Hulk, Marine Espacial, los capítulos de los Marines Espaciales, los logotipos de los capítulos de los Marines Espaciales, Talisman, Tau, los nombres de las castas de los Tau, Reyes Funerarios, Trio of Warriors, el logotipo del cometa de doble cola, Tiránido, Tzeentch, el emblema de Tzeentch, Ultramarines, Warhammer, Warhammer Historical, Warhammer Online, el emblema de Warhammer 40,000, el logotipo de Warhammer World, Warmaster, White Dwarf, el logotipo de White Dwarf y todas las marcas, nombres, razas, insignias de las razas, personajes, vehículos, localizaciones, ilustraciones e imágenes del juego de Blood Bowl, del mundo de Warhammer, del mundo de Talisman y del universo de Warhammer 40,000 son ®, ™ y/o © Games Workshop Ltd. 2000-2004, registrados de varias formas en el Reino Unido y otros países del mundo. Usado sin permiso. No pretende ser una afrenta a su posición. Todos los derechos reservados a sus respectivos propietarios.
Powered by dev-postnuke.com